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Daniel López Marijuan

Las últimas propuestas para los candidatos de las elecciones locales en Cádiz

El puerto con los muelles gaditanos.

El puerto con los muelles gaditanos. / D.C.

Concluyo con estas cuatro últimas propuestas la docena de alternativas (“docena limpia”) para sectores y actividades claves en la ciudad de Cádiz. No se trata de aspiraciones ni de ocurrencias, sino de iniciativas que podrían contribuir a sacar a la capital gaditana del clima de desconfianza y hastío que abruma a muchos gaditanos. De nuevo, recuerdo que van dirigidos a todas las candidaturas democráticas, excluyendo por tanto a Vox y a formaciones amarillistas. Vamos al grano.

· Turismo. El desarrollo turístico sostenible, respetuoso con el medio urbano y social de la ciudad se introduce en el Plan Estratégico de Turismo de la Ciudad de Cádiz 2021-2025, un escueto documento de 17 páginas que se limita a describir objetivos aspiracionales, sin compromiso concreto alguno y empleando el análisis DAFO, Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Debilidades, para concluir con el tópico de que Cádiz debe ser un destino turístico de primer orden, sólido y duradero, y generar bienestar socioeconómico y cultural. Un desperdicio de dinero municipal que se llevó la consultora Auren. La turistificación, la subordinación de la ciudad al turista por encima del ciudadano, es seguramente el problema número uno que sufre Cádiz, tardíamente limitado con la regulación de las viviendas y pisos turísticos. La sostenibilidad y la calidad de la oferta turística deben priorizar el turismo cultural, de naturaleza, gastronómico, de eventos científicos y artísticos…, además del necesario de sol y playa, dentro de lo que se ha venido en llamar turismo activo. La ampliación del turismo de cruceros, convirtiendo al puerto de Cádiz en puerto base, no es deseable, por la fortísima carga ambiental que generaría sobre un casco histórico saturado. La inclusión de Cádiz dentro de la red de ciudades “Destino Turístico Inteligente” (smart destination) vendría también a llenar un déficit.

· Vivienda. Se trata de un problema endémico que se ha agudizado con el transcurso de los años, al encarecerse tanto la vivienda de propiedad como de alquiler, con precios realmente prohibitivos. La oferta pública tiene que venir dada tanto por la Administración local como por la autonómica, priorizando enérgicamente la vivienda social de alquiler. Es materialmente imposible que sólo con los recursos propios del Ayuntamiento y de Procasa se pueda dar satisfacción a esta necesidad. La rehabilitación, regeneración y renovación urbana, y la oferta generosa y con precios asequibles de pisos en alquiler, son las dos medidas que tienen que llevar a cabo Ayuntamiento y Junta de Andalucía. Sin un amplio parque de vivienda asequible a precios inferiores a los del mercado, primando el alquiler, será imposible remover los obstáculos que dificultan el acceso a la vivienda de amplios sectores sociales, reto no resuelto en las actuales políticas públicas de vivienda. Resolver el bloqueo que representan las viviendas vacías debe ser otra de las prioridades, emplazando sobre todo a los grandes tenedores a su puesta en uso.

· Industria. El sector industrial en la ciudad de Cádiz gravita sobre Navantia, dedicada a la reparación naval, y sobre las actividades reunidas en la Zona Franca. Astilleros es un sector claramente en declive y con perspectivas de futuro nada halagüeñas, fortísimamente castigado por el desempleo y la subcontratación, la falta de expectativas y la desmovilización de la mayoría de los trabajadores. El vetusto Plan General de Ordenación Urbana, todavía en vigor, cometía el error de considerar que “la única actividad industrial que cabe mantener en Cádiz es la vinculada a las últimas etapas de producción”. Afortunadamente, nada de esas funestas perspectivas son las que contempla la Estrategia para la Transformación Económica de Andalucía 2021-2027, de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, que resalta el papel de las empresas de base tecnológica, rompiendo una situación de deterioro de las infraestructuras comunes de polígonos y áreas industriales, que es donde se genera el mayor porcentaje de PIB de la economía. Cádiz debe promover unas condiciones más favorables para el desarrollo de las actividades industriales mediante la modernización, adecuación y rehabilitación de las infraestructuras productivas y de servicios. ¿Cómo? Con el desarrollo de un nuevo ecosistema industrial – urbano, que modernice y reordene el Recinto de la Zona Franca. Cádiz debe unirse a la red de “Ciudades Industriales”, una agrupación de ciudades comprometidas con el desarrollo industrial y la atracción de inversiones industriales: industria manufacturera, de gestión de agua, de servicios energéticos, energías renovables, residuos y descontaminación, de economía azul y de apoyo a las actividades industriales. El despliegue masivo de fotovoltaica en el recinto de la Zona Franca, para llevar la electricidad limpia generada a unas instalaciones de Altadis reconvertidas en centro de producción de hidrógeno verde mediante electrolizadores, es una opción a considerar. Y que el Instituto de Fomento, Empleo y Formación del Ayuntamiento de Cádiz (IFEF), se actualice y cumpla los objetivos por los que fue creado hace ya más de dos décadas: aplicar una estrategia local que agilice y modernice las políticas de empleo y formación y el fomento del espíritu empresarial, para de esta manera contribuir al desarrollo económico y social de nuestra ciudad.

· Integración Puerto-Ciudad. Es con seguridad el proyecto de transforma-ción urbana más importante para Cádiz. Se inició con un buen proceso parti-cipativo, auspiciado por el Ayuntamiento, la Universidad de Cádiz y la Auto-ridad Portuaria, con unas conclusiones consensuadas, que fueron ningunea-das por el cierre a cargo de Teresa Bonilla, la arquitecta del PGOU actual. Son 22 hectáreas portuarias de la antigua terminal de contenedores, que deben dedicarse al medio ambiente y el esparcimiento, la investigación y la tecnolo-gía, las funciones terciarias y la cultura, de manera que el muelle-ciudad se ordene propiciando una suave transición entre el Casco Antiguo y los mue-lles. En este espacio se debe recuperar la dimensión industrial del puerto: reparación de cruceros, astilleros artesanales y reciclado de buques e industrias limpias de base tecnológica ligadas al CEI.MAR (Centro de Excelencia Internacional del Mar). La profusión de vegetación vendría a compensar el déficit de zonas verdes de nuestra ciudad, sólo un 4,7 % en el Casco Histórico. Llenarlo de bares, terrazas, tiendas y gimnasios es una propuesta muy pobre en relación con las oportunidades de negocio que se ofrecen. Es la triple hélice (Universidad, Administración y Empresa) la que tiene que tirar del carro. Tampoco es acertado proponer más plazas de aparcamiento en esta zona por-tuaria, objetivo del anunciado soterramiento del Paseo Canalejas: meter más coches hasta el muelle. Recuperar el antiguo proyecto de “Plaza del Mar” para el Paseo de Canalejas, con “la creación de un sistema de espacios libres, apoyado sobre las terminales de transporte intermodal de la zona, que funcione como corredor verde contenedor de equipamientos de ocio, hostelería y deportivos”, no debe ir unido a la atracción del vehículo privado.

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