El catamarán

Rafael Navas

La última lección de 2008

31 de diciembre 2008 - 12:45

NO podemos cambiar las cartas que la vida nos ha repartido, pero sí cómo jugamos nuestra mano". Esta es quizá la más famosa de las muchas frases que se acaban subrayando cuando se lee el libro La última lección (Grijalbo), uno de los mejores regalos que se pueden hacer a un ser querido (gracias, Rafa Sánchez). Es un libro impactante en el que su autor, Randy Pausch, profesor universitario enfermo de cáncer, nos lega su experiencia vital meses antes de su muerte en Virginia (EEUU). Pero, ante todo y a pesar de todo, este libro es una máquina de contagiar optimismo, que es el motor de nuestras vidas. Tanto es así que se ha creado una web, www.cadenadeoptimismo.org, un entorno virtual sobre esta filosofía de vida, sencilla y difícil al mismo tiempo. "Cada día hay algo que nos recuerda que merece la pena vivir", escribió Randy Pausch en un año difícil que precede a otro que se presume aún más difícil. Lo dejó escrito una persona que sabía que no iba a poder seguir viviendo pero que quiso regalarnos todo un manual de autoayuda a los que seguimos aquí. A 2009 nos lo han pintado ya de tantas formas, casi todas malas, que ya es como si lo conociésemos antes de empezar. Tenemos varias formas de darle la bienvenida. Una, que es gratis y que no hace daño a nadie, es recibirle con una sonrisa, amplia, sincera. Porque reír, sonreír, es compatible con tener sentido común, ser crítico y realista. A veces no es fácil. Pero hay que intentarlo porque la vida es una sucesión de retos. Aunque a muchos pueda sonar algo cursi, quiero acabar este último artículo de 2008 con unas palabras de Gabriel García Márquez: "Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa". Feliz 2009.

stats