Dos semanas

La coral de España desafina,no está acordada, es centrífuga una vez más. Y ya ni se disimula, sencillamente no se dice

El NEUJAHRSKONZERT de Viena es uno de los grandes espectáculos mundiales de la televisión, que ven millones de personas en todo el mundo y unos cientos de privilegiados en el Musikverein de la capital austríaca. Suele editarse en pocos días y distribuirse muy rápidamente. Los cedés llevan en la portada una imagen del director del año dirigiendo a los músicos, grandes maestros todos, y dentro el programa completo de los Strauss interpretado por la Orquesta Filarmónica de Viena, de las mejores del mundo. Este año ha ocurrido algo parecido con la música de la Coronación de Carlos III de Inglaterra: Music For A Royal Celebration. Así se llama el producido por la Warner Classics, pero no es el único, The Coronation Of Their Majesties King Charles III And Queen Camilla se llama el que ha editado la DECCA, The Official Album of The Coronation, es su nombre indicativo. Contiene “The Complete Recording” de la Coronación, 66 temas exactamente, desde el Magnificat anima mea, de Bach, con lo que arranca todo, hasta la Earl of Oxford’s March, de William Byrd. Por supuesto la A Coronation March, de Walton, la Fantasía on Greensleeves, la Enigma Variations de Elgar, la Fanfare for de Arrival of Their Majesties, el tradicional Veni Creator, los temas de Händel y en general la música inglesa desde Purcell, Gibbons, Boyce, Parry, Byrd, etc. Ropas medievales para el Rey, catedral, obispos de pontifical, solemnidad y silencio, los asientos llenos de la alta nobleza, la alta burguesía, las familias reales del mundo, entre ellas los Reyes de España. La Inglaterra del Brexit se ha dado una inmersión en la historia de sus pasadas grandezas, espectador el pueblo entero, delante del mundo, que lo ha visto, puede que incrédulo, en el televisor del salón de su casa. Oigo esos discos magníficos, con músicos geniales llegados desde el siglo XIII a nuestros días y recuerdo algunas imágenes de ese sábado londinense, con mucho pueblo henchido de su Rey, hijo primogénito de la Reina Isabel, recientemente fallecida tras un larguísimo reinado. E, inevitablemente, pienso en la España de estos días, tan accidentada e incomprensible. Como las listas de Bildu y todo lo que arrastra del fondo falsamente tranquilo del mar hispano. Es lo que tiene este tiempo histórico, hay varios pilotos automáticos, algunos flautistas del precipicio y los múltiples accidentes habituales, muchos de los cuales deben nombrarse en presuntos. La coral de España desafina, no está acordada, es centrífuga una vez más. Y ya ni se disimula, sencillamente no se dice , por aquello de lo que está a la vista no necesita candiles. Quedan dos semanas. Esto no es el Reino Unido, no lo es.

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