¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Menos protegido que un perro

La decisión del TC aleja a mucha gente del sistema, estrecha la Constitución. Tendrá consecuencias

NO es ningún exabrupto antisanchista, sino la estricta realidad. Sólo hay que comparar la recientemente aprobada Ley de Protección Animal con la Ley del Aborto de Zapatero, validada por el Tribunal Constitucional ¡13 años después! No hay que ser ningún doctor por Salamanca ni un cátedro con ínfulas divinas para concluir que hoy en día un nasciturus (feto) está menos protegido que un perro (incluso de caza). El nasciturus, hasta la decimocuarta semana de gestación, definitivamente queda a la altura de una uña demasiado crecida o una verruga cuya propietaria (faltaría más) puede extirpar sin dar más explicaciones.En los próximos días vamos a asistir a un bombardeo de artículos sesudos y muy informados sobre la conveniencia o no de la Ley de Plazos avalada ahora por el Tribunal Constitucional. El Sapiens es especialista en construir auténticos castillos de retórica. No se llegará a ningún consenso porque, para desgracia de la civilización, el aborto hace tiempo que, en vez de un problema humano, se ha convertido en un frente ideológico y en una herramienta de la lucha feminista.

Pero permítanme algunas ideas sueltas, inconexas y menores. Por ejemplo: ¿han caído algunos de los más fervorosos defensores de la ley de plazos en que más de un aborto se va a realizar por el mero hecho de que el nasciturus es de sexo femenino? Desde la semana 8 de gestación ya hay métodos para determinar estas cosas. Echen un vistazo a las cifras en China.

También merece una reflexión el papelón realizado por el Tribunal Constitucional, hoy definitivamente convertido en un lacayo del Gobierno dispuesto a allanarle el camino de sus intereses. Esto aleja a mucha gente del sistema, estrecha la Constitución, la convierte en algo extraño y partidista. Tendrá consecuencias. Y, por último, contra lo que muchos creen, el PP es uno de los grandes culpables de la actual situación. En una de las piruetas más cínicas que se han visto en la historia política de España, los populares han pasado de ser los impulsores de un recurso contra la ley de plazos a ser los mamporreros del definitivo visto bueno del TC. Y todo por un puñado de votos progresistas que se volatilizarán a la primera de cambio. Feijóo será un ave de paso, pero esta ley del aborto se quedará durante un larguísimo tiempo. Caerán millones de fetos que tenían derecho a la vida y, sobre todo, ya ha caído la dignidad de un partido que es un mero yonqui de votos, un avaro del poder.

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