El catamarán

Rafael Navas Renedo

Sobre los políticos

LOS políticos tienen un problema. En la actual situación económica, los ciudadanos ya no miran para otro lado. Ahora, cualquier sospecha de duda, por pequeña que sea, se examina con la lupa de la calle, que unas veces -es cierto- distorsiona la realidad pero otras sirve de foco que arroja luz sobre los manejos más oscuros. El vaso, siendo enorme, ha llegado a rebosar y la generalización de esta caída en picado de la imagen de los políticos se explica en que los casos de corrupción van desde lo más alto a lo más cercano al ciudadano.

Comenzaba esta semana con la condena por prevaricación a la ex alcaldesa de Chipiona, Dolores Reyes, al contratar ilegalmente durante apenas cuatro años de mandato a 345 personas. Se dice pronto. No una, ni dos, no. 345 en una pequeña localidad que si por algo debería ser noticia en este inicio de año es por el150 aniversario de su popular faro. Uno mucho más grande hace falta para iluminar el camino de la Justicia y condenar las andanzas, de sobra conocidas, de muchos otros ex responsables públicos que siguen aprovechándose de subterfugios legales y de la lentitud de los procesos por la falta de recursos. Condenas que se eternizan y contribuyen a crear una sensación de impunidad.

Instituciones que han sido auténticos coladeros de familiares y amigos a la vista de todos no son, con toda su gravedad, el único motivo de preocupación hacia la labor de la clase política. Que los partidos, incluso los más pequeños cuyos miembros caben en un taxi, reciben donaciones de empresarios y afines es algo que todo el mundo conoce pero que sigue sin estar lo suficientemente regulado para que prevalezca la transparencia, como sucede en otras democracias que han sabido solventar el asunto de la financiación. El 'caso Bárcenas', con múltiples ramificaciones, da carta de naturaleza a esta demanda, cuya plasmación real en una ley efectiva sigue estando, no lo olvidemos, en manos de los dos grandes partidos.

Los 'papeles' del ex tesorero del PP incluyen una anotación de un supuesto pago de este partido a nivel nacional a Teófila Martínez. Habría de preocuparle a la alcaldesa de Cádiz, que ha hecho y hace de la austeridad y la honestidad la bandera de su gestión, que un ex alto cargo de su partido la haya incluido en la lista del penúltimo tsunami político que tanto daña la credibilidad de los gobernantes. En su defensa, hace mal el PP sacando a relucir los casos de corrupción en el PSOE. El "y tú más" ya no funciona. Nadie gana en este escenario de reproches. Todos pierden. Y la que más, nuestra democracia, que por las corruptelas de unos y otros se aproxima peligrosamente al abismo del populismo barato y la antipolítica que tanto daño y dolor ha causado en otras épocas.

Los políticos tienen un problema. Pero no son el problema. La solución sigue estando en sus manos. Llevamos años esperándola.

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