NO sé si es bueno o malo, así expuesto en términos sencillos, que todo esté tan frío, digo. Dentro de 20 días nos jugamos mucho y no veo yo preocupaciones por las calles. Enfriado lo de Mas, presumiblemente, y empapados de unionismo francés, de una bandera, un himno, aquí estamos viéndolas venir, lo que es seña de un pueblo viejo, que somos nosotros. Verlas venir. A la cabeza el mayor experto en verlas venir de todo el elenco, don Mariano Rajoy, que como si nada se pone auriculares y se convierte en comentarista deportivo en un programa de éxito. Con hijo incluido, colleja que no falte y lo que está cayendo. Vamos para 47 millones de españoles (aunque unos cuantos quieren borrarse de la lista sin más consecuencias, seguir como hasta ahora pero fuera de la lista) y dígame qué cree, esto está frío. Parado y frío. Es como si fuéramos de los tontos dinámicos (tan peligrosos) a los avezados de mármol, de estatuas de mármol, esa sangre fría del mármol, de estarse quieto. Con lo que se avecina. Ejemplo de lo cual, Cataluña, este ruleta rusa de apoyar o no a Artur Mas, el invento ese que ha inventado para seguir siendo Honorable President hasta la victorial final. Digo la cárcel, la guerra civil, el martirio o la coronación como primer presidente de la I República de Cataluña. ¿Se la está jugando? Digo a cara o cruz. No lo creo en absoluto, hace lo que ha aprendido del Nada Honorable Pujol, que le enseñó muchos de los trucos. Y era como su padre. Igual se va calentando, volviendo al principio, esto que está tan frío, o me lo parece a mí. Digo que hay como un contagio hecho de hartazgo e impotencia. Pedro Sánchez en optimismo cansado, Rajoy dando besos a las señoras sin mucha costumbre, Garzón poniendo cara de buen chiquillo a lo que prepara y Pablo Iglesias para convencidos. Queda el quinto del pelotón, Albert Rivera, que parece que lo lleva claro, y lo tiene claro. Pero todo en frío, sin mucha pasión, me parece. Como si realmente aquí no nos jugamos mucho, otra más. Por eso una estadística es una estadística es, esa canción de Ana Torroja.

20 días para la urna, el cambio de gobierno, el cambio de ciclo, el cambio de mentalidad, el cambio de actitud antes todo lo que viene pasando, esta indolencia, esta improvisación. Todo lo que sumado da este resultado de precipitado frío en el que pocos dicen la intención secreta, la decisión sobre lo que queremos, uno a uno contados. Es lo que tiene el frío así, no se sabe qué puede ocurrir.