El Palillero
José Joaquín León
Navidad de la Esperanza
HOY toca día de reflexión. Día de descanso de los mítines e informaciones procedentes de los partidos políticos para que cada cual pueda meditar su voto para mañana. Para mi no existe una buena reflexión sin que me acompañe el olor de un buen café. No hay nada como estar sentado en una cafetería y saborear un café mientras te alejas un poco del mundo que te rodea, hasta que llega alguien para dialogar contigo.
Mientras el aroma del café me envuelve y me ayuda a concretar mi voto, me viene a la memoria que esta palabra es de origen árabe así como el procedimiento para su elaboración. Sistema que seria traído a Europa por los venecianos en el siglo XVI, aunque su impulso se realizaría un siglo después en las cafeterías londinenses donde por el precio de una café se podía participar en las conversaciones con artistas, comerciantes y poetas que frecuentaban dichos lugares. Más tarde llegaría a España, pero es en el siglo XX, cuando se concentran las charlas alrededor de una mesa llena de tazas de cafés. Fueron muy conocidas las del Café de Pombo, en la calle Carretas de Madrid, donde se instauró la tertulia más confortable y seguida de las cafeterías madrileñas a principio de siglo, tanto que Gutiérrez Solana pintó una extraordinario cuadro de una de sus sesiones. Pero si estas eran importantes también lo fueron las realizadas por la Generación del 27. Eran tiempos donde se hablaba de la realidad y de los ideales en los salones de las cafeterías.
Antes de que se me enfríe el café, me gustaría comentar que como todo el mundo sabe hay muchos tipos de ellos, la segunda bebida más consumida en todo el mundo después del agua. Los hay de toda clase, sabor y aroma, pero yo para hoy he elegido un café complicao, denominación portuense para aquel que consigue un aroma sencillo e intenso, un sabor suave y fuerte a la vez. Un café que no consigue la categoría de cargado pero que está a mitad de camino de conseguirlo. Este es mi tipo para hoy porque si me lo tomo más fuerte y además tengo que pensar en el voto me parece que tendría noche de insomnio. ¡Felicidades¡
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