No se trata sólo de dinero, con ser este aspecto tan importante, quizá el que más. Ver las calles de Cádiz, y tantas poblaciones de la provincia, recorridas por miles de visitantes en este puente del 1 de Mayo, y en la pasada Semana Santa es una alegría de por sí. Porque la actividad que ejercitan al aire libre, disfrutando de las playas, de nuestra cocina, de los museos, de los paisajes, es una de las actividades más placenteras que puedan realizarse. El turismo alegra los lugares, el turista viene, fundamentalmente, a rendir homenaje al sitio que lo acoge, a su cultura, y si sale de aquí con el mismo contento con el que llega, su satisfacción habrá sido la mejor inversión para esta tierra. Por eso, cada minuto que pasa con un monumento sin rehabilitar, con un museo sin abrir o con un proyecto revitalizador sin inaugurar es dinero perdido. Y, naturalmente, de alegría perdida. Con lo que gusta eso aquí.

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