Hoy es Domingo de Ramos. Comienza otra Semana Santa, después de dos años sin cofradías en las calles. En este periodo convulso han muerto más de 100.000 personas en España por la pandemia. La muerte, que hace su trabajo sin volver la vista atrás, nos ha causado muchas pérdidas. También por otras enfermedades, y porque es el sino del ser humano, antes o después. En el fondo, y en las formas, eso es lo que se conmemora en la Pasión, Muerte y Resurrección, que hoy comienza en nuestras calles y plazas, y que mantiene la esperanza de que nada es inútil, cuando se vive desde la fe.

Hoy es Domingo de Ramos. Volverá a salir la cruz de guía de la Borriquita desde San José, como en los años de la posguerra y nuestra infancia, como ha recuperado en el siglo XXI. Pero en nuestros recuerdos perviven otros años, que nos parecen tan recientes, en los que Jesús de la Paz y la Virgen del Amparo abrían la Semana Santa cuando salían del Carmen. Hoy parece que volvemos a oír la voz de Juan Manzorro desde el interior del templo, como hace pocos años. Están los frailes Paco Víctor, Carlos y Antonio, que esa mañana han participado en la procesión de las palmas, que salió del oratorio de Jesús de la Paz en la calle Vea Murguía, que se asomó a la Alameda, entre medallas cofrades y escapularios carmelitanos, y que entró hasta llegar a los pies de la Virgen del Carmen para empezar la misa, con la Pasión leída a tres voces.

Hoy es Domingo de Ramos. Como cuando en el interior de la todavía parroquia del Carmen estaba Ignacio Ortiz, inquieto, completando los últimos detalles. Los cargadores preparados. La voz de Juan Manzorro nos llega a través de Canal Sur Radio y nos cuenta las últimas novedades. Pronto se abrirá la puerta y la cruz de guía avanzará lenta, con prosapia y ceremonia, para seguir por la Alameda. En la Primera de Comillas se asomarán Tino y Julio. En los alrededores hay un aire de fiesta, que sólo existe allí en Semana Santa y la tarde del 16 de julio, cuando sale la Virgen del Carmen.

Hoy es Domingo de Ramos. El mar traslada los ecos, los arrullos de otros tiempos, las ráfagas de levante que encrespan y soliviantan las palmas, que dan vuelo a las túnicas, que mecen y erizan los árboles. En el recuerdo, la Alameda vive la fiesta de abrir otra Semana Santa. La voz de Juan nos transmite que el tiempo es frágil, que los ecos algún día se apagarán, pero que otras voces llegarán para retransmitir la buena noticia, cuando el recuerdo se hace eterno.