NO me cabe la menor duda de que la consejera de salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, no es de Cádiz. Es más, tengo fundadas sospechas de que es sevillana. Sólo a uno de Sevilla se le puede ocurrir hacer eso de las facturas en la sombra o como sea la metáfora que le hayan puesto. Va uno al médico y le dan un papel en el que dice lo que cuesta. "¿Y a mí qué, picha?", con un leve encogimiento de hombros. Si vas al centro de salud, ¿para qué quieres que te digan lo que ha costado?¿Gastar más dinero en contarte lo que cuesta algo? Porque si alguien en la consejería piensa que en Cádiz la gente se va a cortar un pelo es que no conocen a los gaditanos. A la gente se la refanfinfla directamente. Si una hernia vale 1.000 moniatos o una vasectomíaa 459 , pues vale, pues me alegro. Alguien lo pagará. No sirve de nada decirle a la gente lo que cuestan las cosas, al menos en Cádiz. Quizás en Triana sean de otra manera, o en Toledo. Pero lo que es Cádiz a la gente la da exactamente igual. Es posible que en el SAS se queden más tranquilos si nos cuentan lo que vale cada cosa que no pagamos, para que seamos felices por cada gañotazo. Pero en Cádiz ir de cuello es una costumbre ancestral, algo tan natural como la humedad o el levante, por lo que no le vemos la excepcionalidad a las prestaciones sanitarias.

¿Se imaginan ustedes que el procedimiento de las facturas informativas se extendiese a todos los ámbitos de la ciudad? Un poné: si a Sendero Luminoso le dieran una factura informativa cada vez que va a un croqueteo, tendría una colección de lo más amplia, una habitación llena de facturas. O que cada vez que termina una croqueteda un maromo se ponga en la puerta a repartir a todo el que sale una factura informativa. Qué locura. ¿A todos los colaos en el Falla le darían una factura informativa de lo que cuesta cada vez que entran de valdivia? ¿Y a los del Carranza? Cada vez que va uno a por un póster de pescaítos, a por una camiseta del Bicentenario, a por un bolígrafo de propaganda ¿les damos una factura con el coste del servicio? Qué lío. En Cádiz habría que poner un departamento de facturas informativas para ir repartiendo a los ciudadanos. ¿Y en la Erizada , la Pestiñada y la Ostionada? ¿Con cada plato una factura? Al fin y al cabo es un servicio que se presta al pueblo soberano financiado con dinero público: esas colas de gente esperando un plato de gañote con su factura. Sendero Luminoso tendría más facturas que camisas hawaianas pero al fin y al cabo no sería el único, que si algo caracteriza a los naturales de la Trimilenaria es el gusto desenfrenado por ir de cuello. En Cádiz lo natural es no pagar. Es un vicio, una adicción. La pobre de Antonia Butrón, que es de Chiclana (tan lejos, tan cerca), invita todas las mañanas a degustar sus productos: no vean ustedes cómo se pone la calle Corneta Soto Guerrero, la más transitada de la ciudad. La gente va de La Viña a Cortadura y pasa antes por esta calle, para catar de válvula una exquisitez del afamado horno. En definitiva, que a más de uno y de una de quienes mandan en el SAS, cuando entreguen la famosa factura en la sombra en Cádiz les dirán "tes quié puí" o, en su defecto el más suave "tes quié ir ya". En Cádiz hay que trincar.