¿QUÉ tendrán los puticlubs para que hayan recibido ese trato de favor de los anteriores responsables del Ayuntamiento? Si han justificado la construcción de viviendas ilegales, autorizando su enganche a las redes de agua y electricidad, por razones "sociales y de higiene", ¿qué razones han llevado a Hernán y Juan Carlos Rodríguez a dar licencias ilegales a los prostíbulos? No hay mundo más sórdido que el de los macro prostíbulos. Pero no se debe olvidar que si hay putas es porque hay hombres dispuestos a pagar por unos minutos de sexo.

Estos macroputiclubs se basan en la explotación de mujeres inmigrantes, que la miseria ha puesto en manos de las mafias que trafican con carne humana. Su existencia es una ofensa a la dignidad de las personas; su presencia, un insulto a una ciudad. Por eso es doblemente censurable el apoyo que se ha dado en El Puerto a este tipo de instalaciones deleznables. Si se amplió el "hotel" Luna de forma ilegal, más rocambolesca ha sido la ampliación y puesta en funcionamiento de OH¡ Palace. Ante la constatación de que se estaban realizando obras de gran envergadura sin licencia, los ecologistas lo denunciaron al Ayuntamiento. Como siempre, en el Área de Urbanismo no habían hecho nada, pero ante el temor de las consecuencias penales que pudieran derivarse de su no actuación, Rodríguez se acojona y ordena su paralización, pero sin paralizar nada, claro. Las obras se terminan, y el mismo concejal que había ordenado la paralización de las obras otorga la licencia de apertura para que pueda funcionar el puticlub. ¿A cambio de qué? El gerente del prostíbulo asegura que tuvo que pagar 42.000 euros para conseguir la licencia, y que la tramitó un técnico de la empresa Tec que es cliente del puticlub, empresa en la que trabajan de forma ilegal técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento.

Es increíble comprobar hasta donde ha llegado la corrupción urbanística en nuestra ciudad. Los que la han propiciado y se han beneficiado de ella debían estar convencidos de que nunca se conocerían sus trapicheos puteros-financieros. Pero las ratas empiezan a abandonar un barco que ya se ha hundido, y delatan a sus antiguos benefactores para intentar salvarse. Esperemos que los responsables de tanta ignominia acaben en Puerto III.

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