A muchos cofrades gaditanos les está causando cierta sorpresa la inmensa actividad que desplegó Cayetano del Toro y Quartiellers en diferentes cofradías y en torno a la Semana Santa o el Corpus (del que ya hablaremos cuando llegue la fecha). La realidad es que la mayoría de los gaditanos lo recordaban por haber sido alcalde o médico y, precisamente por esta causa, era necesario que en la conmemoración del centenario de su fallecimiento se recordasen más sus múltiples facetas y legados que dejó a los gaditanos. Uno de los aspectos poco conocidos en el mundo cofrade gaditano es que Cayetano del Toro no solamente estuvo vinculado a la Cofradía de la Buena Muerte o del Nazareno sino que también tuvo fuertes lazos con la del Ecce-Homo y la de La Soledad y Santo Entierro (por no hablar de la propia Junta de Procesiones, origen del actual Consejo Local de Hermandades y Cofradías).

La Cofradía de La Soledad y Santo Entierro existe (documentalmente, al menos) desde finales del siglo XVI. Tras residir en diferentes sedes, recala en el Convento de Santa María en 1750, gracias a una manda del Duque de Alcudia que le traerá tantas ventajas como problemas, a la larga, con la comunidad de las monjas (pero eso merecería un tratado aparte). El dato significativo es que la imagen de La Soledad y el Cristo Yacente recibirían culto en Santa María y la primitiva urna de ébano con incrustaciones de plata (de propiedad de un hermano) se utilizaba para las salidas procesionales solamente. Un detalle que poca gente conoce es que Nuestra Señora de La Soledad fue declarada Patrona de la ciudad en 1681, tras su intercesión para el cese de una epidemia y que, por tanto, hablamos de una cofradía fuertemente arraigada y vinculada a la ciudad desde muy antiguo.

Como muchas de las cofradías gaditanas, sufrirá en el siglo XIX diferentes vicisitudes que complicarán mucho su existencia y cultos. Pero lo que nos interesa ahora mismo es conocer que esta cofradía asume la construcción de la Sagrada Urna de plata para el Cristo Yacente (obra de Villegas aunque reformada en el XVIII) en 1848 y que no se concluiría hasta 1865, cumpliéndose en este año el ciento cincuenta aniversario de su primera salida procesional. Quizás este detalle marcase que las finanzas de la cofradía se van a resentir durante mucho tiempo y que va afectar negativamente a sus posibilidades de salir procesionalmente con la asiduidad debida y en liberarse de las deudas generadas para la construcción de la urna (a pesar del famoso donativo de Isabel II en 1864).

A partir de 1880, el recorte de gastos es radical y la pérdida de enseres (gravados o pignorados para pagar los bonos sobre la urna) será enorme. En estas décadas posteriores a la primera salida procesional de la urna, las imágenes titulares saldrán acompañando al Nazareno o formando parte de otros cortejos. Normalmente, consiguen que los gastos de la salida procesional se sufraguen con los donativos de vecinos, hermanos o subvenciones. Una vez que Cayetano del Toro asume la presidencia de la recién creada Junta de Procesiones en 1891, la cofradía recibirá su apoyo en diferentes aspectos (logrando que se les cedan carrozas para los "ángeles" que formaban parte del cortejo procesional, coadyuvando a que se le instalase la primera iluminación eléctrica de un paso en la ciudad, etc.). Para Del Toro, la cofradía de la Soledad y el Santo Entierro será una entidad clave -y necesaria- en su idea de lo que debía procesionar cada Semana Santa. Por la ayuda recibida, decide la junta de gobierno de la cofradía, en 1893, nombrar a Cayetano del Toro como Protector Nato y Vitalicio de la hermandad, con derechos plenos de asistencia, voz y voto a cuantos actos se organizasen. Dicho acuerdo fue ratificado por unanimidad por el cabildo general de hermanos, lo cual demuestra la consideración y estima en que se le tenía por parte de toda la cofradía. No podemos olvidar que en 1893 la cofradía consigue permiso para cambiar su sede desde el convento de Santa María a la iglesia de Santa Cruz. ¿Tuvo algo que ver Cayetano del Toro para conseguirles la autorización que sucesivos obispos habían denegado? Nunca lo sabremos. Lo que es un hecho objetivo es que el cambio de sede de la cofradía y la designación de Protector Nato y Vitalicio se producen en el mismo año.

En 1905, la cofradía se traslada a la iglesia de San Agustín (quedando la urna en Santa Cruz) donde convivirá con la cofradía de la Buena Muerte y la recién reconstituida Humildad y Paciencia. No es casualidad que miembros de las juntas de gobierno de cada cofradía ocupasen cargos en las otras. Cayetano del Toro siempre mostrará una atención especial por apoyar, desde la Junta de Procesiones, la presencia de la Soledad y el Santo Entierro con el mayor decoro y solemnidad; y nos remitimos a crónicas de la época: "El cortejo era grandioso, impresionante. Hubo una época en que la rica urna era tirada por caballos negros con sus palafreneros y además en la comitiva figuraban una serie de angelitos en pequeñas carrozas, ricamente adornadas, los tres arcángeles, con sus atributos, la santa mujer Verónica, las Sibilas y los profetas -con sus pergaminos y sus barbas-. Éstos, tradicionalmente, eran gallegos que tenían a mucho honor salir procesionalmente en la noche del Viernes Santo. En la procesión figuraban toda clase de representaciones oficiales, los dos cabildos -el municipal y el catedralicio- y se rendían honores militares, escoltando al cortejo una compañía con bandera y música".

En acta de febrero de 1915, la junta de gobierno consigna su pesar por el fallecimiento de Cayetano del Toro, resaltando su importante papel al frente de la Junta de Procesiones. En este año 2015, se cumple el centenario de su fallecimiento y el ciento cincuenta aniversario de la primera salida procesional de la urna de plata. Dos fechas que marcan a esta cofradía para el recuerdo durante este año.