Profecía

Es una ley histórica que hasta los revolucionarios reciban una ayuda económica por parte del régimen capitalista

Francesc Pujols era un filósofo catalán que tenía fama de hombre de buen humor. Durante la República le consultaron si los serenos de su pueblo, Martorell, debían cantar las horas en catalán o en castellano. "Si han de cantar, ha de ser en italiano". Otro día, en una carta, profetizó que los catalanes, por el mero hecho de serlo, podrían ir por el mundo con todos los gastos pagados. A pesar de su profecía, Pujols murió en 1962 en la más triste pobreza.

Lo que no sabía Pujols es que su profecía se iría cumpliendo con el paso del tiempo. En los peores tiempos del procés, a nadie se le ocurrió decir que el presidente de la nación oprimida -el ahora huido Puigdemont- cobraba mucho más dinero que el presidente de la nación opresora (alrededor de 25.000 euros más, para ser exactos). Y luego supimos que casi todas las organizaciones que participaron en la movilización ciudadana a favor de la independencia estaban fuertemente subvencionadas por el Govern. Hasta los Comités de Defensa de la República que cortaban autopistas y gritaban fogosas consignas a favor de la revolución cobraban su correspondiente subvención de dinero público.

De hecho, hay poca gente en Cataluña que no cobre una subvención, sobre todo en el mundo de la cultura. Hace años, en los tiempos de Franco, los catalanes se burlaban de Madrid porque la consideraban una mortecina capital llena de funcionarios abúlicos y de "almas muertas" que vivían de una paguita pública. Pues bien, ahora es Barcelona la capital repleta de funcionarios que de un modo u otro dependen de un salario o de una ayuda pública. Hasta los revolucionarios que gritan consignas anticapitalistas mientras levantan fogosamente el puño cuentan con su correspondiente emolumento. Es una hermosa ley histórica que hasta los revolucionarios que protestan contra el capitalismo reciban una ayuda económica por parte del mismo régimen capitalista, y además pagada con los impuestos de los pobres diablos aplastados por ese mismo capitalismo. Marx -Karl, se entiende- nunca llegó a prever estas paradojas de la historia.

Digo esto porque acabo de leer que las organizaciones que participaron en el escrache a Díaz Ayuso en la Complutense están subvencionadas. Don Francesc Pujols, hombre de buen humor, estaría orgulloso de su profecía. Y ahora, además, ya no son sólo los catalanes.

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