Confabulario
Manuel Gregorio González
Retrocediendo
Crónica personal
Abascal ha jugado bien sus cartas y Vox tendrá todo lo que había exigido desde el primer día, lo mismo que Cs en el Gobierno anterior: la presidencia del Parlamento, una vicepresidencia y tres consejerías. Sin embargo, había una diferencia importante: cuando Mañueco fue elegido presidente con el apoyo de Cs no había ganado las elecciones. Ahora sí.
Mañueco quería ser presidente, y tenía derecho a quererlo. Pero además porque, de no serlo, podrían celebrarse nuevas elecciones y tal como está el escenario político podía mejorar el resultado gracias al impulso que da Feijóo a las siglas, o por el contrario recibir un voto de castigo por haber iniciado negociaciones con Vox. Pero además, Mañueco estaba decidido a que los castellanoleoneses no tuvieran un Gobierno del PSOE con Podemos dentro. El modelo de Pedro Sánchez está resultando catastrófico para los españoles, no es una apreciación sino dato, y Mañueco quería impedir que además de los retos que se presentan, con las consecuencias económicas y sociales que sufriremos todos por la indeseada guerra de Ucrania, en Castilla y León mandase un Gobierno con un partido populista de izquierdas que hacía presagiar tiempos oscuros.
Feijóo, presidente in pectore del PP, había dado manos libres a Mañueco, y éste no ha visto más solución que Vox. Cualquier español puede expresar su disconformidad con que un partido populista de extrema derecha gobierne una región. El único que no puede hacerlo es Sánchez, que ha metido en su Gobierno a un partido populista de extrema izquierda, y compra el apoyo de independentistas y de Bildu.
Será la primera vez que Vox pueda demostrar su capacidad de gestión, de negociar, de establecer diálogo con sectores sociales que no son de su cuerda. Abascal ha aceptado premisas que no aceptaba Vox hasta ahora, pero habrá que ver cómo se bandea Mañueco con sus nuevos compañeros para gobernar sin encontrarse con un conflicto diario. Y hay que decir Abascal porque el candidato García Gallardo no ha tenido vela en este entierro. Mañueco lo ha puenteado con Abascal, porque es el que manda en Vox y el que sabe de política. Gallardo no demostraba excesivo entusiasmo por formar parte del Gobierno. Es un abogado de Madrid, que vive y trabaja en Madrid, aunque sus padres son burgaleses.
Toca esperar. Que se elija el nuevo gabinete, que los consejeros de Vox demuestren si estaban cualificados para asumir responsabilidades … y si acertó Mañueco al inclinarse por Vox antes que por nuevas elecciones.
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