La esquina del gordo

Paco / Carrillo

¿Pintan bastos para el Vaticano?

07 de diciembre 2015 - 01:00

Apropósito de los gestos, actitudes y declaraciones de este Papa Francisco rompiendo moldes, y precisamente por ello, no debiera olvidarse que el Vaticano siempre ha tenido cloacas nauseabundas.

La Enciclopedia Católica da una relación de Papas asesinados, el primero de ellos Sabiniano (a-606) y añade un larguísimo etcétera entre los que se cuenta un Juan VIII, un Formoso, un Esteban VI, un León V… Ya digo, la intemerata, hasta la cifra de 262 y donde el veneno fue el agente mejor situado entre todos los procedimientos. Añade también un anexo con los que se sospecha que también corrieron semejante desgracia, en él se incluye a Juan Pablo I (a-1978). Sigue habiendo los que niegan semejante crimen, pero son más numerosos los que creen en él hasta el punto de que dada su proximidad se ha despertado de nuevo la curiosidad -y la inquietud- de que no es oro todo lo que reluce en el Vaticano a pesar del que está a la vista, sino que hay mucho escondido en los casi trescientos departamentos que dispone para recaudar, cada uno por su cuenta, sin que ninguno de ellos tenga la obligación de declararlo. Que a partir de este hecho las cuentas vaticanas siguen llenando un lóbrego pozo sin fondo, no es de extrañar que los purpurados con "mando en plaza" se hayan convertido en miembros de una jerarquía paralela que, por lo que está saliendo a la luz, tienen poderes suficientes para menguar el del propio Papa.

Cualquier adulto con memoria se acuerda de lo que ocurrió con el Banco Ambrosiano, un banco italiano fundado en 1896 que se derrumbó estrepitosamente en 1982. A partir de ese momento empezaron a aparecer nombres tales como su presidente, Roberto Calvi, unido al de otros como el que lo era la Banca Vaticana, Paul Marcinkus y una extensa relación de cardenales, obispos y altos cargos de la Iglesia Católica entre los que destacó Michele Sindona, a su vez empresario y banquero siciliano famoso por sus contactos con la mafia y que dio entrada a la logia masónica P2 en toda esa nauseabunda trama. A nada de esto, se dice, ha sido ajeno el todopoderoso Cardenal Bertone.

El mencionado arzobispo norteamericano, Marcinkus llegó a ser conocido como el "Banquero de Dios". Junto a Calvi, en 1971, fundaron en Nassau -paraíso fiscal en las Bahamas-, el Cisalpine Overseas Bank. A través de esa sociedad y de otras muchas superpuestas, Calvi y Marcinkus operaron juntos, destinando dinero a operaciones ocultas, pagando sobornos, moviendo dinero negro procedente de la evasión fiscal o lavando dinero de la mafia y otras organizaciones criminales. Para qué seguir.

En toda esta película hubo otros protagonistas indirectos, bien por errores en sus decisiones -Pablo VI nombrando a Marcinkus- o por interesado silencio -Juan Pablo II- (el Sindicato Solidaridad polaco, presuntamente financiado por aquellos pájaros), hasta la muerte de Juan Pablo I encaja. Que el Papa Francisco haya dicho que de cada diez euros que recibe el Vaticano para obras de caridad sólo dos llegan a manos de los necesitados, parece que entre intermediarios y comisionistas sin especificar hay agujeros sospechosos. Y uno, mal pensado, al recordar las tinieblas vaticanas, las logias, los masones, la mafia que sigue existiendo y donde todavía reside el poder oculto, teme por Francisco.

stats