Monticello

Víctor J. Vázquez

vvazquez@us.es

Momento constitucional

La UE es el presupuesto moral y jurídico para la supervivencia de nuestra forma de vida. Europa ya defiende su Constitución

Pese al mito revolucionario, los Estados Unidos de América necesitaron una Guerra Civil, una Gran Depresión y un conflicto bélico mundial para cerrar el dilema de su poder constituyente: reconocerse como un solo pueblo o como un contrato entre estados, independientes y soberanos. No fue la reforma de la Constitución de 1878 la que logró el triunfo del "Nosotros el Pueblo de los Estados Unidos", sino aquello que Bruce Ackerman denominó como un "momento constitucional". Ese momento fue el New Deal, y consistió en una toma de conciencia colectiva, dentro de una situación de extraordinaria relevancia histórica, de que la unidad federal era el presupuesto moral y jurídico para que sobreviviera su comunidad de valores, la forma de vida norteamericana.

La Unión Europea ha sido desde su origen un objeto jurídico no identificado. Desde una perspectiva histórica su nacimiento no se explica sin la experiencia bélica de la Segunda Guerra Mundial. Su ampliación territorial y progresivo fortalecimiento institucional ha respondido al pragmatismo económico de crear un mercado integrado en un marco supranacional liberal. La forma de gobierno de la Unión se ha inspirado así en los principios elementales del constitucionalismo: la garantía de los derechos y la separación de poderes. En cualquier caso, hasta ahora la democracia nunca ha conseguido expresarse como principio rector de la construcción europea con la nitidez que se expresa en los estados. La Unión responde a un esquema constitucional, pero los europeos no hemos ejercido un poder constituyente. Ese déficit de legitimidad se ha querido solventar apelando, en clave posmoderna, a que la Unión es producto de un poder constituyente evolutivo. Creo que ya no será necesario.

Desde 2007 la UE se ha enfrentado a una recesión económica, a una pandemia, a la pérdida de una de sus principales economías y a la consolidación de un bloque reaccionario, nacionalista y antieuropeista en su seno. En este contexto, y sin fundamento democrático original, sin un demos europeo, el ser o no ser de la Unión se ha puesto en duda. Hasta ahora. Creo que, por el aciago motivo de la invasión a Ucrania, la Unión ha cerrado con éxito, tras su reacción, un momento constitucional que se inició de forma incierta en 2007. Las instituciones europeas, los estados miembros, los europeos, hemos tomado conciencia de que la Unión es el presupuesto moral y jurídico para la supervivencia de nuestra comunidad de valores. La forma de vida europea. Europa ya defiende su Constitución.

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