La Corredera

Antonio Morillo

Manta

27 de octubre 2015 - 01:00

RECUERDO, de aquellos años del cole, que mis compañeros gaditanos solían usar el apelativo "manta" al tonto, al despistado, al chalao. ¡Qué manta eres tío! Decían y cuando el tonto era de remate, manta mojá. Yo nunca había oído comparar a una manta con un botarate. Pero andando el tiempo he comprendido cuanta razón tenían, no hay nada como el humor y el fino ingenio gaditano. Porque manta es aquel individuo que tiene tan lleno el coco de migajones, como si estuviera completamente tapado con un pedazo de manta de las buenas y antiguas de Grazalema.

Y me he acordado del tema con esto del genocidio de los españoles en América. Hay que ser manta para echar, a estas alturas, exabruptos contra nuestros antepasados, que sí hicieron algo mal allá pero sobre todo llevaron valiosas aportaciones de todo tipo y se casaron y mezclaron con los indígenas, que otros ni mijita. Y además, con las repercusiones que tales comentarios pueden tener en aquellas tierras. En verdad hay que ser mantas para venir ahora con este mandao.

Los romanos trajeron cultura pero también hicieron las suyas, mandaban a los íberos a las minas, a las galeras y se llevaban el oro y la plata. De los bárbaros vándalos, que nos dejaron su nombre, para qué hablar, y los musulmanes desde Tarik hasta Almanzor, almohades y benimerines tela marinera que hasta se trajeron a espaldas de los cristianos para Córdoba las campanas de Santiago de Compostela.

Los ingleses de Essex arrasaron y saquearon Cádiz. Los franceses fusilaban a mansalva y se llevaron hasta la Dama de Elche y se acostaban en lechos hechos con los pergaminos de la Cartuja jerezana. En suma, ningún conquistador en la historia del mundo, fue hermanita de la Caridad. Lo que hay que ver es el balance, el cómputo entre lo bueno y lo malo. Y es más y sin embargo, cuando llegan a Cádiz barcos ingleses, franceses o árabes los recibimos con los brazos abiertos.

P.D. Por eso hay que ser muy manta y mojá, para acordarse nada más que de lo malo y nada menos que 500 años después, con lo que ha llovido y las buenas relaciones que tenemos con nuestros más que hermanos de allende el charco. Y eso con mis respetos a la libertad de expresión, auque sea de un manta.

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