Con fuerza, ganas de trabajar y con mucha ilusión. Así comenzamos este curso político. Con ganas porque estamos inmersos en unos tiempos duros para la sociedad; con mucho trabajo, porque es lo que tiene que aportar cada uno de nosotros y nosotras para salir de este laberinto financiero y con ilusión, porque no podemos perder en el intento de hacer un mundo mejor, de hacer una provincia que sea próspera y envidiada.

Para todo esto, el obrero tiene que trabajar en un trabajo digno, con salarios acordes a las necesidades y a la realidad de España. No podemos salir de esta crisis tal y como llegamos, con cifras de paro que superaban a cualquier otra provincia. Por eso nos tenemos que poner a trabajar codo con codo; las Administraciones tienen que ponerse las pilas. Hay que acabar las infraestructuras pendientes en nuestra provincia, tenemos que tener suelo industrial público y barato y que éste se vincule a la actividad productiva.

Conocemos nuestros recursos endógenos y hay que ponerlos en valor. Cada comarca tiene potenciales necesarios para afrontar el futuro y la Administración tiene la obligación de ponerlos en marcha. Tenemos que apostar por un Cádiz de futuro, donde la industria sea el eje fundamental y donde tengamos empresas de I+D+i. Este tiene que ser nuestro futuro y en este curso político no hay que abatirse, sino trabajar y para trabajar en este proyecto tenemos que estar todos unidos: fuerzas políticas, económicas y sociales. Así, con esta unión deberíamos empezar, porque la unión hace la fuerza.

Se tiene que empezar a hablar del cambio de modelo económico, donde participemos todos y todas y donde haya un mayor rigor de lo público y un control de las subvenciones dadas por la Administración a las empresas. Si el dinero público es aportado por todos, tienen que existir controles sobre la fiabilidad de los proyectos y sobre los puestos de trabajo que se crean.

Tenemos que definir hacia dónde dirigimos el cambio de modelo productivo, qué industrias queremos, qué sector pesquero y qué agricultura. Es imprescindible que todo esto lo hagamos con ilusión, con mucho trabajo y con el consenso de todos y todas.

Pero mientras esto ocurre, hay que dar soluciones a las familias que están viviendo verdaderos dramas, trabajadores y trabajadoras que sufren calamidades, y esto no puede ocurrir. ¿Cómo llegan a su casa y qué les dicen a sus hijos? Tiene que haber ayuda directa a las familias. En la España del siglo XXI, en la Andalucía de la Segunda Modernización y en el Cádiz del Bicentenario los trabajadores no pueden pasar necesidades de primer orden. Por eso, UGT Cádiz exige al Gobierno de España que instaure un sistema de ayudas para todas las familias, en el que la cuantía de la prestación no sea inferior al Salario Mínimo Interprofesional.

Desde UGT apostamos además por el Diálogo Social, por una Concertación en la provincia que sea eficaz y donde se consensúen las políticas sociales y económicas, donde todo pidamos lo mismo: qué infraestructuras necesitamos y con qué prioridad se hacen.

Pero la Concertación se tiene que dar desde la lealtad. Los convenios colectivos se tienen que cumplir y las subidas salariales también se tienen que aplicar. Es un requisito imprescindible para que se empiece la casa por los cimientos y no por el tejado.

En nuestra provincia no podemos olvidarnos del sector turístico, pero tenemos que apostar por un sector de calidad y la Administración tiene que hacer el esfuerzo para acabar con la estacionalidad. Con inversiones públicas y privadas tenemos que crear una industria turística de calidad, con unos servicios acordes, con trabajadores y trabajadoras cualificados, bien remunerados y con empleos fijos.

Otro de nuestros objetivos para el nuevo curso político es la lucha contra la economía sumergida -que surge en gran parte por la precariedad en el empleo-, ya que ésta no crea riqueza y prolonga la precariedad.

En España no se puede hablar de congelación salarial para los empleados públicos. Estos trabajadores han sufrido ya muchas congelaciones salariales con Gobiernos anteriores. Los trabajadores no pueden pagar la crisis, no la hemos provocado y desde UGT Cádiz nos oponemos a esta medida porque además de injusta es contraproducente ya que, a menor salario, el consumo se ralentiza y, si se ralentiza, ¿cómo vamos a salir de la crisis?

Una crisis de esta envergadura requiere una mejor planificación de la inversión con el objetivo fundamental de la creación de puestos de trabajo estables y dignos. Y desde UGT Cádiz estamos convencidos de que JUNTOS PODEMOS.