La misma palabra, representantes, nos dice que los políticos que elegimos forman parte de una representación teatral. Y en ella, además, nos interpretan, que es lo que más les divierte de su misión. En esas están, dicen, interpretándonos. Las tertulias de verano marean la perdiz, se marean ellos, nos marean a nosotros y habremos escuchado mil veces la misma pregunta. Iglesias ha querido salir del bucle y ha decidido no intepretar y ha preguntado a los inscritos y a las inscritas, pero no a todos sus votantes, cómo quieren que siga la función. Sánchez sólo se pregunta a sí mismo. Rivera es una pregunta él mismo,es Hamlet. Pero elegir un presidente no es tan complicado por mucho que el nuestro sea un sistema representativo (teatral). Se soluciona preguntando de nuevo a todos, pero no en otras elecciones (eso ya está hecho). Se llama segunda vuelta. Y así arranca de nuevo la obra, que qué atasco más tonto en el entremés.

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