Yo te digo mi verdad
Manuel Muñoz Fossati
Vuelve el cristianismo
SE puso de moda la palabra cuando la Reina Isabel II la empleó en un discurso para lamentar el conjunto de incidencias negativas que había tenido el año 1992 para ella, su familia y sus palacios. Veinte años más tarde, 2012 fue el annus horribilis para la monarquía española por el conocimiento público del latrocinio de un familiar del Rey y por las exóticas aventuras cinegéticas del propio Monarca.
Este año parecía que empezaba dejando atrás la situación de una crisis muy prolongada, aunque conociendo todo el mundo que el empleo iba a tardar al menos un lustro en recuperarse. Esto significa decir que la crisis para el común de los mortales iba a seguir golpeando en sus vidas varios años más, pero la esperanza en un horizonte más optimista podía empezar a vislumbrarse. Es una crisis rara porque el numero de millonarios españoles y la fortuna amasada por ellos ha subido espectacularmente mientras se empobrecía la clase media y aumentaba la exclusión social. Los sacrificios se hacen en según qué barrios. "Las cicatrices de la crisis -dice la directora del FMI- tardará años en sanar". No para todos.
La política y la economía no son ciencias exactas y los factores impredecibles hacen estragos en todos los cálculos y pronósticos que hacen sus profesionales. Estamos viendo cómo los sucesos de Ucrania y Crimea trastocan las perspectivas económicas y políticas de nuestro continente y la palabra horrible asoma sus letras. Horrible que pueda volver a teñirse de sangre el suelo europeo por una nueva guerra. Horrible que los que invaden países con suma facilidad, ahora, hipócritamente, se espanten porque otros hagan lo mismo. Horrible que les pase a los ucranianos lo que a la República Española. España no mereció una guerra para una parte de las potencias europeas y la tuvieron unos años más tarde y de una magnitud hasta entonces desconocida. Horrible que los ucranianos -con ayuda occidental- hayan provocado a la fiera, creyendo que su desafío no iba a tener consecuencias frente a la autocracia cleptómana rusa que se sentía amenazada y sin el colchón de una "tierra de nadie", con la ampliada OTAN ante sus puertas. Nada es simple.
Ucrania: Aviso a navegantes, lecciones para no olvidar, historia que se repite. Las bolsas descienden, bajan los sueldos, aumentan las fortunas. Geoestrategia pura y dura. Nacionalismos rabiosos que no salen gratis. Alguien ganará, el pueblo perderá.
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