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Historia de la pandemia

Todavía no ha terminado la pandemia y electoralmente ya se ha pasado página de su gesión

Merecería un libro negro la cantidad de errores gubernamentales que han agravado 1) las consecuencias sanitarias de la pandemia, 2) la vulneración de nuestros derechos civiles y políticos y 3) los catastróficos efectos económicos. Digo, un gran estudio multidisciplinar contrastado por la firma de expertos en cada campo de reconocido prestigio. Hagan ustedes un rápido repaso de memoria de informaciones oficiales equivocadas, de datos supuestamente científicos, de decisiones tardías, de intereses espurios, de compras de material equivocadas, de vacunación caótica, etc.

Sin embargo, no se escribirá. Y lo siento no por un afán de señalar culpables, sino porque se hace muy difícil aprender del pasado cuando enseguida se cubre de un manto de indiferencia y amnesia. Cuando nos encontremos, en un futuro espero que muy lejano, con otra emergencia sanitaria, algo se habrá aprendido; pero ¿todo lo que esta situación podría haber enseñado? Lo dudo mucho.

Ese libro no se hará porque la sucesión de errores, torpezas y tardanzas no interesa a casi nadie. ¿Qué peso electoral tendrá esa gestión horrorosa? ¿Es posible que no haya dimitido ni siquiera Fernando Simón por su sucesión de equivocaciones (entre risas, eso sí)? Esa falta de exigencia de la opinión pública no es culpa de los políticos ni de los gestores, sino de un pueblo soberano que no reclama eficacia ni seriedad.

De haber tenido consecuencias prácticas en la política actual, los políticos del mañana mostrarían un interés muy interesado (perdonen la aparente redundancia) por saber bien qué se hizo muy mal para no caer en los mismos errores y sortear las implacables responsabilidades. Los políticos del futuro estudiarán, sin embargo, las campañas de publicidad de Iván Redondo o los movimientos tácticos de Pedro Sánchez.

Lo grave de que tanto error se vaya por el sumidero del olvido y la irresponsabilidad política es que, por la fuerza elemental de las cosas, nadie se concentrará en aprender lo que resultó tan electoralmente irrelevante. Hemos tenido una gestión penosa que no se va a analizar a fondo ni en lo sanitario ni en lo jurídico ni en lo económico. Nuestros gobernantes trabajan a beneficio de inventario y tiran con pólvora del rey, como se decía antes, o con dinero público, que no es de nadie, como piensan ahora. Cada elección es como un año sabático que borra deudas y culpas. Por eso convocan tantas elecciones.

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