Desde el fénix

José Ramón Del Río

Herederos del franquismo

18 de marzo 2010 - 01:00

DE un tiempo a esta parte, y quizás por las malas noticias que les dan las encuestas, los que sirven de apoyos mediáticos al Gobierno y al partido que lo sustenta insisten en afirmar que el Partido Popular es el heredero de Franco y, por tanto, cómplice de su dictadura. Y lo hacen con una insistencia tan machacona, en tertulias y comentarios, que lleva a pensar que esa coincidencia reiterativa tiene que tratarse de una consigna impartida, muy similar a los "argumentarios" que la dirección de los partidos reparte entre sus cargos.

Terminada la dictadura con la muerte de Franco en 1975 y proclamada la Constitución en 1978, podemos entender que han pasado más de 30 años, en los que vivimos en democracia, y durante esos años ningún partido de los que han concurrido a las elecciones ha propuesto en sus programas abolir la Constitución y con ello las libertades y derechos que proclama. Seguro que alguna formación republicana sí que ha llevado en su programa la instauración de la República, cambiando así la forma política del Estado español, que es, según la CE, la monarquía parlamentaria; pero, repito, nadie, al menos en sus programas, ha querido volver a un régimen no democrático, sin libertades. Y es evidente que el que es hoy principal partido de la oposición, que lo ha sido también de Gobierno, y sus antecedentes históricos, que fueron AP y Coalición Democrática, no son los herederos de Franco. Una gran mayoría de los políticos actuales que ejercen en el PP no habían nacido cuando murió Franco o eran menores de edad cuando se promulgó la Constitución. Por otro lado, nada en el ideario ni en los comportamientos del PP lleva a pensar que añoran o desean una dictadura. Los que vivimos muchos años bajo la dictadura sabemos bien quiénes fueron los que se opusieron a ella y quiénes esperaron confortablemente, hasta la muerte del dictador, para hacer gala de sus sentimientos democráticos, hasta entonces muy adormecidos. Precisamente los del partido hoy en el Gobierno no fueron los que más destacaron en la lucha por la democracia.

Volver a resucitar los fantasmas del pasado lo ha puesto de moda el presidente Zapatero, y algún día sabremos si lo ha hecho por convencimiento o sencillamente para distraernos de carencias más importantes, aunque si es esto último ya habrá comprendido que la nueva regulación del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la Ley de Violencia de Género y la de Memoria Histórica no hacen olvidar las cifras del paro y, en general, la crisis económica. Hay que dejarse de repartir herencias, endosando a los adversarios culpas del pasado, que no eran de algunos españoles, que hoy se quieren identificar con los que votan o militan en el PP, sino que lo eran de todos los españoles, incluidos los que son o votan al PSOE.

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