PARECE olvidarse que la quiniela de la gobernabilidad de esta ciudad tiene muchas casillas para marcar, y no solo un menú de dos platos a elegir.

El próximo sábado se constituye la nueva corporación local que integrarán los 25 concejales/as elegidos el pasado 22 de mayo, y de entre ellos será investido el nuevo alcalde. Una vez cumplido con el trámite, Enrique Moresco deberá elegir quienes formarán su equipo de gobierno, y presumo que en el mismo no habrá ningún invitado de la también renovada oposición.

Siguiendo con las casillas de la quiniela, habrá que pensar bien sobre quienes colocar las equis, incluso en no jugársela a lo tonto. Digan lo que digan los demás, PP y PA saben que ellos han sido los derrotados en las urnas. Los primeros porque han fracasado en su obligación de alcanzar la mayoría absoluta, y la ventolera nacional les ha salvado del desastre. Los del PA porque soñaban con 7 actas y se han dado de boca con un electorado educado en el consumo responsable, y que desecha productos con mucho embalaje innecesario.

Presumo que de momento el nuevo alcalde no rellenará más casillas en la quiniela, es decir, no habrá pacto con PA o IP. Lo importante ya está aprobado, el PGOU, y del resto se puede vivir sin grandes agobios. Se esperan pocas iniciativas que requieran del apoyo por mayoría absoluta de la corporación, casi todo podrá salir por mayoría simple, y las abstenciones o votos a favor en los casos necesarios se podrán negociar sobre la marcha.

Los votantes del PP útiles para alcanzar la mayoría absoluta en 2015 solo podrán salir del PA y/o IP, y tras el fracaso de no lograr que desaparezca IP, no parece racional ningún pacto de gobiernos con estos. Es posible que afloraran suficientes recursos económicos para que IP superara el caso del PA. En IP soñaban con sacar algún concejal y tocar gobierno. Lo primero lo han conseguido gracias al fracaso del PP, lo segundo lo debe evitar Moresco.

Quién duda que Hernán Díaz sueña con volver a ser alcalde de la ciudad. Silvia y sus colegas mejor dejarlos pasando frío, mucho frío, en el banco de la oposición.