La firma invitada

Luis / Barrio Tato

Crisis y empresas con corazón

LA economía trata de resolver el problema de cómo satisfacer las necesidades humanas con recursos escasos y susceptibles de usos alternativos. En los últimos años, la sociedad desarrollada estaba instalada en la economía del bienestar, entendiendo como bienestar social al bienestar general de la sociedad, que es la suma del bienestar de todos los individuos en una sociedad y puede ser medido en términos de utilidades (dinero) o de eficiencia.

Pero sabemos que las cosas han cambiado y hay que plantearse nuevos enfoques de nuestro modelo económico, sin olvidar las ideas de los autores clásicos. Pareto aportó a la economía del bienestar el concepto de óptimo, como aquella situación en la cual ningún individuo de la sociedad puede mejorar sin que otros empeoren. Esta idea es la que desarrollan Akerlof y Schiller, en su obra Animal spirits cuando resaltan la importancia del principio de equidad. Recuerdan en su análisis que Keynes fue uno de los economistas que puso de manifiesto la importancia de los espíritus animales, al plantear cómo influye la psicología humana en la economía.

Entre los distintos aspectos que explican el papel que representan los espíritus animales en el funcionamiento de la economía se destaca la importancia de la teoría sobre la equidad, porque se ha demostrado con experimentos que a las personas les irrita que los demás se comporten con egoísmo. La teoría de la equidad mantiene que para cada parte de un intercambio, lo aportado debe ser igual a lo obtenido.

Por ello, cobra una enorme importancia el concepto de responsabilidad social de las empresas y existen iniciativas para fomentar esta filosofía. Entre éstas destaca el Programa Empresas con Corazón promovido por Cáritas, en el que participan empresarios, directivos y profesionales de la provincia de Cádiz unidos con el fin de que en nuestra sociedad haya más igualdad de oportunidades y nuestro entorno tenga más posibilidades de crecimiento.

En este programa el protagonista es el empresario y su empresa, mientras que Cáritas aporta su dilatada experiencia de más de 50 años en acción social. Esta función social no está reñida con el legítimo objetivo de las empresas de obtener beneficios. Es más, aporta a las empresas ventajas de distinto tipo:

Fiscales: las aportaciones que realicen las entidades colaboradoras pueden beneficiarse de deducciones fiscales.

Competitivas: la adhesión a un proyecto de Responsabilidad Social Empresarial hace a las empresas más atractivas ante la sociedad.

Prestigio empresarial: la participación en este programa confiere un mayor reconocimiento social entre sus clientes, proveedores y demás grupos de interés.

Este proyecto es un ejemplo de las muchas actividades que se pueden realizar, y del que constan experiencias en el III Directorio de Iniciativas Sociales y Solidarias de la Confederación de Empresarios de Andalucía. En este informe se asume que los costes de ejercer la responsabilidad social se convierten en retornos para las organizaciones, en aspectos tales como: generar una imagen positiva de la empresa, mejorar la estima de los empleados y el clima laboral, originar efectos comerciales positivos, por la imagen que se ofrece ante la sociedad…

En esta misma línea, el consejero de Empleo de la Junta de Andalucía ha propuesto recientemente el 'confirming social' como herramienta para que los ciudadanos, en sus compras y transacciones financieras, califiquen a las empresas, bancos y sociedades que son socialmente responsables de verdad. Esta idea recuerda a los ciudadanos su capacidad para hacer que las cosas cambien en las pequeñas decisiones de su actividad comercial.

En el año 1992, en el informe del Club de Roma titulado La primera revolución global se destacaba el riesgo de las desigualdades económicas y se decía textualmente: "Queremos hacer hincapié en que las reducciones de las desigualdades económicas y la ayuda al desarrollo, prestadas con inteligencia y con carácter cooperativo, lejos de constituir un gesto humanitario, redundan fundamentalmente en interés de los propios países ricos".

En conclusión, parece que si queremos construir una sociedad que no se autodestruya, hemos de apostar por eliminar desigualdades y mantener la equidad, no sólo por un espíritu de solidaridad con los más desfavorecidos, sino porque está en juego la supervivencia de nuestro sistema económico.

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