Hace muchísimo tiempo que no oigo esta expresión, ni ninguna otra con la palabra charrán, tal vez porque cuando la oía, siendo aún muy jovencito, sucedía que se referían a mi o a alguno de la pandilla o porque cada vez está mas en desuso.

Charrán es otra de las muchas palabras preciosas y sonoras que tenemos en nuestra lengua, procedentes del árabe y que sigue almacenada en el diccionario pero cada vez son menos utilizadas en el lenguaje ordinario. Su significado de pillo o tunante, al menos en el sur y costa española, es un insulto dulcificado. Se le utilizaba para calificar al golfillo habilidoso e inteligente. Hoy tal vez por el abuso de drogas y alcohol entre los jóvenes, este adjetivo que califica al menor que comete "pecados veniales", resulta un poco corto y enseguida se utilizan otros términos mas graves o fuertes como el de golfo o sinvergüenza, parece como si ya no quedaran charranes o estos se han ido transformando en canallas, caraduras, chulos o jetas.

Nuestro charrán, del sur, quizás tenga su procedencia, dice el diccionario, del árabe hispano "sarrál", vendedor de jureles y a un vendedor de pescados callejero, que portaba los peces en dos cestas colgadas de los hombros, en Málaga, le llamaban "charrán". Son célebres unos grabados del francés Gustavo Dore de los años sesenta en el siglo XIX en los que nos retrata, con todo detalle y como personaje popular, a este vendedor.

En Castilla acentúan el grado de maldad del calificativo. Hernández Marcos al estudiar el origen del "charro" salmantino, entiende el término como un derivado de la palabra charrán, la que dice proceder del árabe "sarrán" o "sarraní", términos a los que da el significado de: alguien de poco fiar, rufián y aventurero, es decir endurece el calificativo para asignarlo a una persona adulta de muy baja calidad, "de baja estofa".

También conocemos como charrán un ave, tal vez la mas representativa de la familia de las "golondrinas de mar", esta se suele mover por nuestras costas y marismas sobretodo en estas fechas de finales de verano, cuando son muchas las que van bajando desde el centro y norte de Europa para invernar en el África central e incluso África del sur. Su tamaño es pequeño y tiene las alas más grandes que todo el cuerpo, incluido la cola. Se le suele observar, dando zambullidas desde una altura razonable, pliegan las alas y se lanzan en picado hacia el agua, como si fuera un "avión caza" en busca del pequeño pez que ya han divisado y lo hace con tanta destreza que es rara la vez que no sale con un pez en su pico y de tamaño tal que en muchas ocasiones tiene dificultades para engullirlo.

Su comportamiento ha sido muy estudiado por ornitólogos de muchos países que coinciden en lo singular de estos pajarillos. Durante el cortejo nupcial, el macho se posa cerca de la hembra y le ofrece un pececillo, recién pescado, pero es raro que terminen comiendo, es decir, conquista a su amada con una buena comida, pero una vez conquistada él "va a lo que va" y la comida se queda en la mesa, mientras se la lleva a "la cama". Durante el periodo en que se desarrollan lo polluelos en el nido, se transforman en implacables defensores de su familia, vigilantes de sus "casas" se convierten en agresivos y violentos llegando a atacar a depredadores de mucho mayor porte que ellos, son tan chulillos que atacan con sus picos y gran velocidad, incluso a los humanos que se acercan a sus nidadas.

En un pequeño documental que puede visualizarse en "youtube", se observa como una "charrana" simula estar herida de un ala y arrastrándose va alejando a los humanos del nido, hasta que a una distancia prudencial, cuando entiende el ave que sus pequeños no corren peligro emprende el vuelo magistralmente con sus dos alas de lo mas sano.

El comportamiento de nuestro charrán humano se parece al mismo nombre que la pequeña ave. No se a quién le impusieron antes el nombre, ni si quiera si tiene alguna relación el uno con el otro, lo que si es seguro, que tanto nuestro charrán humano del sur como el ave de la costa, utilizan su imaginación, destreza, habilidades e incluso la violencia mas bien para subsistir que por dañar a alguien.

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