CREO que es innegable el esfuerzo que en estos últimos años se está realizando desde la delegación de fiestas para intentar solventar de manera al menos digna el primer fin de semana de Carnaval. Parece que el acto del pregón se realiza con la brillantez y solemnidad necesaria y, además con pregoneros o pregoneras, sean o no del mundo del Carnaval, más acertados que aquellos Jesulines o Ismaeles.

De la Cabalgata Magna no puedo hablar porque llevo varios años que no la veo, y sinceramente, creo que van a ser unos cuantos más sin verla. Aunque quizás, la principal novedad en estos años ha sido la participación de las agrupaciones mejor clasificadas en el concurso en distintos escenarios colocados por toda la ciudad. El Gran Teatro Falla parece un lugar adecuado, teniendo en cuenta que estas entradas salen a un precio alto, y el teatro suele cubrir su aforo. El tablao de la viña, es también todo un acierto, con buen ambiente, gente que quiere y sabe escuchar y con pocos patosos en general.

Sin embargo, hay dos grandes escenarios que al menos para estos menesteres sobran: San Antonio y La Catedral. En el primero, una vez terminado el pregón, parece que se va disipando el ambiente agradable y de atención que reina en el mismo y se va transformando poco a poco en un botellón no demasiado grande pero sí desagradable para las agrupaciones que cantan con la seguridad de que la mayoría del píblico que allí se encuentra, no les está escuchando.

Y ya en la Plaza de la Catedral, la historia no tiene nombre. Ya van varios años en los que caemos en el mismo error pero, es inútil cantar allí el sábado de Carnaval. Los que allí se encuentran vienen en su mayora en autobuses o trenes que los dejan por la tarde y los recogen al amanecer, y no tienen más objetivo que emborracharse y volver durmiendo hasta la ciudad de la que han venido.

La iniciativa es buena, buenísima diría yo, pero existen rincones y plazas ms recogidas y con acústica envidiable para que esta actividad se pueda seguir desarrollando y salgamos todos ganando. Saldrán ganando las agrupaciones, porque cantarn para un público que al menos quiere escuchar. Saldr´s ganando aquella persona que llegue y venga a Cádiz buscando agrupaciones que les canten, así como cualquier aficionado gaditano que salga con la misma intención y, saldrán ganando incluso los del botellón, porque tendrán más espacio para ellos solos sin el incordio de buenas coplas de fondo mientras cogen su borrachera.

Cádiz merece algo distinto en la noche del sábado y si bien, no podemos echar a nadie, si podemos dejarlos a su aire mientras los que de verdad buscan Carnaval lo puedan encontrar. Y, de igual forma que coincidimos casi todos en lo acertado de la iniciativa, igualmente vemos la evidencia de cambiar de escenario para llevarla a cabo con el esplendor y la categoría que merece.