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Dicen que la cumbre de ministras de la UE que se celebra estos días es una prueba que tiene que pasar Cádiz con nota de cara al Bicentenario. La ciudad comienza su particular calendario de exámenes para doctorarse en 2012 como capital de todo lo que pueda ser. Están los taxistas estos días estudiando inglés, alemán y francés por las noches y bebiendo café para no quedarse dormidos. Los policías más atentos que nunca y los camareros planchando sus uniformes. Todo tiene que estar bajo control. Vaya presión para un Cádiz que en estos días piensa en el Concurso más que en otra cosa. ¿Está Cádiz preparado para acoger eventos de este tipo a dos años vista? Desde luego, sería conveniente acabar con ese fatalismo que acompaña a los gaditanos. ¿Vamos a ser siempre los tontos del lugar? Es hora de dar un paso adelante y demostrar al mundo que estamos prestos para dar lo mejor de lo mejor. Y que estas cosas creen empleo, pero de verdad.
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