Resulta claro y notorio que estamos en unos momentos diría que un paso más allá de la recesión. Estamos en una situación que genera casi tanta, o más preocupación que el virus que nos ataca y como intuirán, me refiero a la situación económica que está llevando a la ruina a multitud de empresas y, por extensión, a miles de familias al borde de la indigencia con millones de desempleados.

En este contexto de crisis social como no hay, al parecer, suficiente el Gobierno se ausenta por vacaciones y aparece un conflicto sobrevenido en la FEMP, donde con el voto de calidad de su Presidente, el Gobierno pretende se le transfieran los remanentes del ahorro municipal -¿voluntariamente?- a cambio de 5.000 millones a ¿fondo perdido? Y la devolución del montante total pretendido -15.000 millones en quince años. En una palabra, con la carga de histrionismo habitual, una gran operación, según el señor Abel Caballero; vamos, que hay que creer en la venta de "duros a cuatro pesetas", la inmediata rebelión de los Ayuntamientos no PSOE.

Estamos ya como siempre, la culpa de una ley del PP, deróguenla, que precisamente, lo que hizo fue sanear las Haciendas Locales puesto que los Municipios son la primera línea de defensa de los intereses de ciudadanos y proveedores. Además, con la pandemia, el aumento de su gasto corriente es notorio.

Sabemos que el Gobierno necesita dinero pero conocedores que el gasto supera los ingresos, no sólo habrá que recaudar, sino reestructurar lo que sea necesario. El turismo perdido es una razón pero, ¿por qué no hablan del descenso de las exportaciones que han tenido un impacto negativo superior al turismo y también vinculado a la mala gestión de la pandemia? Así pues, esta pretensión, jurídicamente cuestionable, va contra la autonomía municipal que Sánchez defendía y propugnaba desde la Oposición. Pero si atendemos al carácter progre de nuestros gobernantes, no estaría de más conocer los conceptos y usos a dar al dinero pretendido, pues sabido es el efecto dual del progresismo hacia al dinero que tanto le gusta, siempre que sea suyo. El ejemplo de aquel famoso ministro griego Varufakis, es paradigmático; promovía corralitos pero el lujo y el patrimonio personal iban de la mano de sus políticas restrictivas. Aquí, ya se lanzaron mensajes de perfil totalitario, no sólo aumento de impuestos, ahora, los ahorros municipales… junto a las alusiones al modelo venezolano de "socializar los ahorros" -¿expropiación?- que algunos de ellos inspiraron, así que 'atentos los bolsillos'.

P.D. Señor A. Caballero, denos las bombillas de Navidad que pone Ud. En Vigo.

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