Andalucismo sobrevenido

Agarrado al mástil de la blanca y verde cualquierdía Juanma Moreno diráeso de 'Andalucía y España'

Hace años, una concejala andalucista ordenó al funcionario que había por allí que "quitaran ese trapo". Se refería a la bandera de España. Lucía sobre las tablas del teatro para un acto importante que tendría lugar esa tarde. Es como lo de un alcalde, también andalucista, que en un discurso importante, en ese mismo teatro, pronunció la palabra España dos veces. Se homenajeaba la Constitución de 1978, la vigente todavía. Hay muchos más ejemplos sobre este 'clima'. Para no cansar al lector referiré el último. Tuvo lugar en O Grove. La Cofradía Gastronómica de los Esteros de San Fernando había sido invitada a un capítulo de la gallega del Centollo, Centolo sí o sí. El delegado del Gobierno de la Xunta en Pontevedra, sin despeinarse, se dirigía a los asistentes, dos centenares de España y Portugal, con este saludo sorprendente: Damos la bienvenida a los venidos de España y a nuestros amigos y vecinos de Portugal. Con dos cojones. Un resorte se movió dentro de mí, entre la perplejidad y el enojo: ¿De España? ¿Galicia no es España? Encontré la respuesta enseguida. Era una cuestión de mentalidad: España siempre es otra realidad, otra cosa. Lo es para el universo nacionalista vasco, el catalán, andaluz… y también el gallego, donde gobierna el Partido Popular desde los inicios. Con mayorías absolutas. No es que todo estuviera rotulado en la lengua gallega, es que se había fabricado un mecanismo mental por el cual Galicia estaba a un lado y España en otro. Es decir, se había superado la fase primitiva de eludir la palabra España y sustituirla por la del Estado y se había pasado a la copulativa sin problema alguno: Bienvenidos a quienes han venido de España, digo. El 'centolo', magnífico, estupendo. Y Galicia es maravillosa, se mire por donde se mire. Mucho más en la Ría de Aro(u)sa. Incluso con la llovizna. Sólo esto que vemos que quiere reproducir el Partido Popular de Andalucía, agarrados al mástil de la bandera blanca y verde que vuelve tras años de guerra y pide tierra y libertad. Andalucía y España, pues. Lo dirá cualquier día Juanma Moreno y algunos y algunas que yo me voy sabiendo, ya sin escrúpulos. ¿En el horizonte que vislumbramos una Federación de Repúblicas Ibéricas? En O Grove parte del público gritó ¡en español, en español! Uno de los intervinientes utilizó la lengua de Rosalía, pero menos, bastante menos, que es el gallego normalizado, para dirigirse a todos, a los que fueron de 'España' y a los vecinos y amigos de Portugal. Rectificó pero insistió, lo dijo. El bilingüismo es una forma sobrevenida, transitoria, frente al monolingüismo, que es el deseo inconfesable.

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