Análisis

José Antonio Ortega Romero

La tienda del futuro

Aunque manda la digitalización, se vuelve a las emociones como motor de compra

Mucho se habla de la tienda del futuro, del consumidor digital y de los nuevos hábitos de la generación zeta o millenial. Hemos cambiado nuestra forma de relacionarnos con las marcas; somos cada vez más exigentes y nuestras expectativas crecen respecto a lo que pagamos por los productos y servicios. Es más, como ciudadanos esperamos cada vez más implicación de las empresas con el bien común social y medioambiental.

Podríamos pensar que este tipo de concepto de tienda está destinado únicamente a las grandes superficies y las grandes capitales. Sin embargo, es posible, desde las pequeñas tiendas, implementar nuevas formas de relación con el cliente que atraigan negocio. Las redes sociales son un buen aliado. Difundir ofertas e información interesante para el consumidor a través de redes sociales puede ser una buena oportunidad de crecimiento. Incluso lanzar páginas webs propias, que a día de hoy con las plataformas digitales puede ser bastante asumible y muy intuitivo, incluso para aquellas personas sin conocimientos en diseño web. También es muy importante el posicionamiento en Google, con información actualizada de horarios y ubicaciones. Sin olvidar la importancia que está tomando el móvil en la relación con las marcas, con consumidores que esperan un trato cada vez más personalizado.

La paradoja se da en que, aunque la digitalización está mandando en muchos ámbitos de la vida, también se está evidenciando una vuelta a las emociones como decisor de compra. Las tiendas se están convirtiendo en templos de experiencias, donde las personas acuden a charlas, debates, demostraciones y un sinfín de actividades posibles que ayudan a vincular al consumidor con la tienda. Ya no es solo cuestión de vender, sino de hacer vivir al cliente una experiencia única y diferencial en torno al producto o servicio.

Por último, la importancia del cuidado del medio ambiente. Es vital que cualquier tipo de establecimiento, independientemente de su tamaño, comience a adoptar actitudes de sostenibilidad medioambiental como factor de competitividad, siendo el reciclaje uno de los puntos clave en este sentido.

El retail y la venta minorista viven las dificultades propias de la irrupción del comercio online. Sin embargo, existen resortes de reacción para que el cliente continúe optando por otros modelos de distribución tradicionales, que se reinventan adaptándose a los tiempos actuales.

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