El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Interesante la apertura del Retrato Lingüístico, de la Universidad Internacional de Andalucía, donde vas repasando conocimientos y afianzando otros nuevos, porque las clases son impartidas por D. Antonio Narbona, catedrático emérito de Lengua Española de la Universidad de Sevilla y D. Rafael Cano Aguilar de la misma Universidad. Me relamía sobre todo con la evidencia histórica de sí el “andaluz” nació en el siglo XIII o en el XVIII.

Andaba relamiéndome por las profanidades existentes, cuando Narbona afirmó que a la modalidad lingüística andaluza le quedan fuentes por explorar y aún desconocidas. Y que, en base a ello ni tartessos, ni romanos, ni árabes ni mozárabes eran los “abuelos” del andaluz.

Que fue la fusión del romance andaluz con la lengua de los reconquistadores castellanos en Toledo, los que daban sentido y creación a las fablas. Profundo análisis de la gran coine formada por repobladores, comunidades no imbricadas en tres culturas, esclavos y pobladores del norte de la península.

Y estando en esas lides, viendo las divisiones fronterizas andaluzas, las despoblaciones, las repoblaciones, la esclavitud, las invasiones, oigo al catedrático hablar cuasi despectivo del Juan de Valdés, que ataca a Librixa y cuelga a los andaluces el sambenito de usar mal el idioma. El andaluz es y ha sido más fiel al castellano que el castellano mismo. Antonio Martínez de Cala y Jarava, conocido como Elio Antonio Nebrissense, fue un gramático ortodoxo, que se preocupó por enseñar con amenidad en sus clases, porque a él lo condicionó la forma de enseñanza de su tiempo. Atacado por el heterodoxo Juan de Valdés, quien con escasos conocimientos de lengua, porque, además, vivía exiliado fuera de España en su pre-protestantismo, se quiere ver una lucha de intereses religiosos y no gramáticos ni filológicos.

La identidad lingüística de Andalucía, las flexiones nominales, las concordancias, diminutivos, aumentativos y derivados, los niveles socio-económicos bajos y altos, los niveles socioculturales básicos, -recordemos la aseveración del doctor Narbona sobre el alto número estadístico de analfabetismo existente en Andalucía en mil novecientos-, nos dará una idea muy clara de la variedad de pronunciación, seseos, ceceos. Zezeos y cedilleos salvadores de palabras mal asimiladas o recogidas e hibernadas al no seguir la evolución de la lengua en sus niveles académicos. Ejemplos con seseo, ceceo y zezeos: beçola por besola. Egleçia por iglesia resebryades por recibiríais o Medina Çidonia.

Desde Fernando III quien impone para sus documentos, no el latín, sino la lengua romance que se venía utilizando, o Alfonso X quien consagra el uso de la lengua hablada para las manifestaciones literarias, jurídicas y científicas, lengua hablada por los cultos toledanos y los cortesanos, el conjunto romance sería un producto de modalidades diversas que se fueron mezclando a lo largo del medievo.

He gozado. Porque en el Quijote es andaluza la princesa Micomicona o ¿Quisiérade vos fablar a los ingleses contra Martín de Chaide en el logar de la Puente?

Esos también terminaron con la lengua afuera.

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