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Análisis

José guerrero ‘yuyu’

A corazón abierto

La cabeza me dice que no, pero el corazón se resiste a rendirse. Y el sueño empieza hoy

La Semana Santa es época de pasión, de redención de pecados y de fe inquebrantable. Lo que sucede es que los pecados de este Cádiz son tantos y tan gordos que han conseguido quebrantar la fe de los más fieles y ya se cuentan por miles los cadistas que no confían en la resurrección amarilla. Lo cierto es que en la larga historia del Cádiz el equipo se ha erigido en hacedor de milagros y especialista en darnos guantadas sin manos a los que hemos sido pesimistas en ciertos momentos de debilidad cadista. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Hombres de poca fe, nos han dicho después del enésimo milagro. La pregunta del millón es si habrá milagro este año o reservamos Suite Real en la ilustrísima Venta del Nabo. No me considero profeta ni adivinador para arriesgarme a decir si habrá o no milagro cadista esta temporada, pero que pinta feo, pero feo, eso lo saben hasta los apóstoles.

Lo que sucede es que para que el milagro se dé, lo primero que tiene que pasar es que la cosa esté fea, pero fea y con tintes de imposibilidad según la lógica. Hasta ahí bien, pero el resto es otro cantar. Que el Cádiz se puede salvar esta temporada, sí, por supuesto. Se está a 5 puntos de la salvación con 27 en juego, pero el problema no es este. El problema tampoco es que los demás no sumen. El problema gordo es que nosotros no sumamos y esto, estando por abajo, es pecado mortal de necesidad. Y el otro problema es que el Cádiz no tiene margen de error. El partido de hoy, siempre sobre el papel, se antoja propicio para ganar y ponernos a dos puntos del Celta otra vez para seguir soñando. De nada nos valdrá si los gallegos vencen al Rayo. Pero pongamos que la Virgen y todos los santos nos asisten y nos volvemos a poner a dos puntos del Celta. El problema viene la siguiente jornada ante un Barça muchísimo más confiado que hace unos meses, que lo más normal es que te gane (otra vez según la lógica), que si se une a otra victoria del Celta en Sevilla ante un Betis muy irregular, volveríamos a la situación actual y con una jornada menos. Resumiendo: que el Cádiz tiene margen, tiempo y puntos por delante para salvarse, pero no puede cometer ni un error, ni uno. Y eso es lo más complicado ahora mismo. El equipo necesitaría ahora hacer algo que no ha hecho en toda la temporada, que es encadenar dos o tres victorias seguidas y rezar porque los de delante fallen en esas jornadas.

Yo sigo pensando en que es posible, hasta que las matemáticas me demuestren lo contrario. La cabeza me dice que no, pero el corazón se resiste a rendirse. Y el sueño (esperemos que no la pesadilla) empieza hoy. Ante el Granada NO SE PUEDE FALLAR, lo pongo en mayúsculas para que se lo tatúe en la frente el que le corresponda. Y ojo con los nazaríes, que tienen muy poco que perder y mucho que ganar. Hay que esperar desde hoy mismo a ese Cádiz de los milagros, capaz de ganarle al Granada, al Barcelona y al Real Madrid si hiciera falta. Y si no, ni viniendo el mismo Jesús como hizo con Lázaro.

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