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Hay gente, sobre todo en prensa, placas y lápidas que se murió pero no se murió y cuando se murió ya estaba muerta. Me parezco a Laureano de Silva con la razón de la sinrazón en el comienzo del Quijote. Pero lo que se afirma hay que demostrarlo. Un torero de Cádiz, Francisco Jiménez Ortega, Rebujina, según su sobrino José, otro Rebujina, nacido en 1861 y al que una placa del ayuntamiento le da como año natal el siguiente, cuando recibe por segunda vez la alternativa en Granada, en 1893 y que es cogido y con una cornada fuerte en el estómago, fallece siete años después por esa contingencia. Sin embargo la cogida se documenta en 1891 y la muerte sería cuando perdimos Cuba. Pues no murió cuando lo dio por muerto el sobrino, sino que lo hizo en su ciudad natal en el año 1919 como se desprende de la placa que el ayuntamiento de Cádiz le dedicó en su casa. Había tomado dos alternativas y murió dos veces.

Ángel Fernández, Valdemoro, que describe la prensa, muriendo el 11 de octubre de 1868, a consecuencias de una cornada del toro Pocapena, de Veragua, que se llamaba igual que el que mató a Granero. ¿Cómo iba a estar toreando el 8 de septiembre de 1889, en la inauguración de la plaza de Santoña? Donde destacan por su arte a Ángel Fernández Valdemoro y Saturnino Ojitos, que lidiaron toros de Zapata. Muerto y todo triunfó y volvió a morir de verdad en el Hospital de Incurables de la capital de España, el día 2 de marzo de 1915.

En Sanlúcar de Barrameda El 2 de agosto de 1914, Hipólito, a la sazón novillero, sufrió un percance mortal. El segundo toro de la tarde, de nombre Veneno, castaño, y de la ganadería de Moreno Santamaría, lo cogió al lancearlo de capa, infiriéndole una terrible cornada, en la que entrando el asta por la región molar izquierda le fue a salir por el ojo derecho, vaciándosele totalmente, y matándolo. ¿Cómo entonces el 15 de agosto de 1922 y sin apenas torear recibió la alternativa de manos de Manuel García Maera que le cedió el toro Avión de la ganadería de Surga, en la misma plaza de su presunta muerte? Murió de verdad en su ciudad natal el 11 de febrero de 1957.

La muerte también alcanzó al que sería funcionario del Ayuntamiento de La Isla José Galea: la noticia saltó en España, en un diario madrileño el 20 de junio de 1903. "Ha fallecido el diez de junio, en Mérida, Yucatán, el popular y notable banderillero de toros José Galea, quien figuró hasta hace poco en la cuadrilla de Lagartijo chico, y con este había ido a la república azteca a torear la presente temporada. Descanse en paz el desgraciado torero de San Fernando y Dios conceda reposo a su alma". Ni que decir tiene que José Galea se retiró del toreo activo en 1913, fue nombrado por el Ayuntamiento isleño capataz del Matadero y asesor de la Plaza de Toros. El 16 de febrero de 1928, en su Isla de León, falleció el torero por segunda vez, aunque esta vez, de verdad.

Hubo más toreros en ese baile de fechas. Entre ellos Relojerito: la revista El Ruedo, en su resumen de final de año, donde dan cuenta de su fallecimiento en la plaza de toros de Calatayud el 16 de agosto de 1952, cogido por una vaquilla, dato que arrastra el anuario de Pensamientos, el Cossío, y más prensa de entonces. La carta recibida más tarde por su biógrafo mortuorio es de ultratumba. "Hola, soy el nieto de Fermín Antón Relojerito, quería darle la información de que no falleció el día 16 de agosto de 1952, fue un error, hoy en día sigue estando vivo. Para él sería un honor contactar con usted, aquí le dejo su teléfono por si podría llamar". Algo preocupante y digno de CUARTO MILENIO.

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