Fiestas Todas las ferias en la provincia de Cádiz para este mayo de 2024

Desde mi absoluta ignorancia: ¿en qué condiciones va la gente normalmente a una plaza de toros? Si las imágenes que hemos visto de la corrida del otro día en El Puerto corresponden a un 50% del aforo de la plaza, ¿cuántas personas entran sin restricciones? ¿Se sientan unas encima de otras? ¿Tienen al menos espacio para respirar? Ante las críticas por las aglomeraciones, los responsables no han tardado en asegurar que han cumplido con la norma: mitad de taquilla vendida. Siendo así, el error es anterior. No se puede establecer un máximo de un 50% de aforo en un espacio en el que claramente este número implica ya tener al público apiñado. Con el mismo porcentaje, el Festival de Comedias presentaba una estampa mucho más desoladora pese a tener colgado el ‘no hay billetes’.

Está por ver también si la venta de localidades ha seguido criterios lógicos. He visto en cines, teatros y auditorios filas enteras vacías para respetar distancia entre espectadores, a quienes solo se permite sentarse juntos en caso de convivientes. Me van a perdonar si me equivoco, pero me da a mí que los grupos que se han visto compartiendo tarde de toros no eran todos familia, por más que muchos parecieran estar cortados por el mismo patrón. Lo del uso de la mascarilla debe de tener también excepciones en los recintos taurinos, a tenor de las imágenes: por ejemplo, cuando vas a posar en una foto con la pandilla o cuando vas a comer pipas y escupir las cáscaras.

En fin, visto lo visto, el riesgo de contagio es casi lo de menos en una plaza que presume de majestuosidad mientras que el propio concejal responsable reconoce que tiene asientos pequeños y localidades pegadas. No me quiero imaginar un día de agosto sin pandemia, cinco de la tarde, tendido de sol. Muslo con muslo con el del asiento de al lado, su codo en mis costillas, su aliento en cada ‘ole’ y sus goterones de sudor a punto de precipitarse en mi hombro. Toda la vida cuestionando un espectáculo por la crueldad animal que supone, y resulta que la mayor tortura no estaba en el ruedo sino en las gradas.

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