La ONU ha proclamado el período 2021-2030 como la Década de los Océanos. Vivimos en el planeta Agua. Los océanos abarcan el 71% de la superficie terrestre; sin embargo, los conocemos menos que la superficie lunar. Ahora ha cundido la alarma, cuando son ya evidentes los gravísimos e irreversibles impactos de nuestra irresponsabilidad. Creíamos que eran infinitos; que podíamos utilizarlos de cubo de la basura de la Humanidad sin que ocurriera nada. Hemos sobreexplotado sus recursos hasta aniquilarlos. Y seguimos presionando para pescar más, para exprimir los fondos marinos, para cementar sus orillas, para convertirlos en mares de plásticos.

Hemos creído que porque la mayor parte de los océanos no sea de nadie, se pueden explotar sin control. Vivimos en un solo mundo, aunque algunos quieran parcelarlo en beneficio propio. Y tenemos que planificar su uso para no destruirlo, y garantizar el derecho de las generaciones futuras a disfrutar de sus recursos naturales.

En tierra estamos acostumbrados a planificar el territorio, aunque las administraciones públicas entiendan que es su derecho exclusivo y excluyente, relegando la participación pública a un mero trámite engorroso y sin valor alguno.

Ahora se está empezando a asumir que hay que ordenar los usos del océano para garantizar su supervivencia y el aprovechamiento sostenible de sus recursos naturales. La UE ha aprobado una Directiva para implantar la Planificación Espacial Marina en todos sus mares. En España, como siempre, vamos tarde. Hay que elaborar planes de usos del mar para hacer compatible la pesca, el transporte marítimo, los espacios naturales, el ocio y el turismo, las instalaciones energéticas…, todo en un espacio que se torna cada vez más pequeño, y que sufrirá modificaciones impredecibles con el cambio climático. El mar territorial y su zona económica exclusiva de España se ha subdividido en cinco zonas para su planificación. El golfo de Cádiz es una.

La Directiva estipula que se establecerán los medios para hacer posible la participación pública desde la fase inicial de la elaboración de los planes, informando y consultando a todas las partes interesadas. Los planes tienen que estar aprobados en 2021. Hasta ahora, el Ministerio de Transición Ecológica no ha dado señales de vida.

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