Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Es curioso cómo enfocamos el asunto de nuestra privacidad, la defendemos o regalamos según nos pille el aire. Una vez más, contradicciones. En España, por ejemplo, cubrimos las ventanas con persianas y cortinas, cerramos los jardines con tapias y andamos a vueltas con la protección de datos. De hecho, este fue uno de los problemas que hubo que sortear en el último trimestre escolar, cuando la enseñanza se hizo telemática y se planteó el uso de utilizar plataformas privadas para la comunicación con el alumnado. Sin embargo, no parece que nos escandalicemos por haber dejado que las multinacionales lo sepan todo de nosotros. El lunes pasado, sin ir más lejos, escuchaba en la radio al profesor Toscani, experto en Big data e Inteligencia artificial, cuando afirmaba que con solo dar 68 likes en Facebook, ya se puede saber de cada persona su raza y orientaciones políticas, por ejemplo. La ciudadanía colabora voluntariamente en la recopilación de estos datos aunque no lo sepa (o sí, pero no lo considera preocupante). Damos likes, aceptamos cookies de rastreo, rellenamos formularios a cambio de usar “gratuitamente” una aplicación…

Si algún dato faltaba por entregar parece que se ha completado durante la pandemia, cuando se ha registrado cada interacción. Ya saben todo de nosotros como consumidores (y no solo, pero eso lo dejamos para otro día), ahora se gesta una nueva estrategia: la anticipación. Parece que el siguiente paso es tratar de adivinar qué nos apetecerá y enviarlo a casa. Amazon, compañía experta en “shop & ship” (compra y envío) ya ha patentado el sistema “ship & shop”, es decir, envían productos a casa porque conocen los gustos del comprador y éste solo necesita confirmar que se lo queda. No quiero ser pesada, pero esta nueva estrategia multiplica la contaminación con los envíos individuales, aumenta el riesgo de desaparición del comercio local, redunda en empleo precario, insiste en recluir a la gente en su casa… Y, aún así, no tengo dudas de que tendrá éxito.

Lo dicho, en casa con las cortinas echadas y las pantallas abiertas. ¡Qué poco seductor resulta el futuro que estamos diseñando!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios