Andalucía tiene la característica de ser una sociedad con una importante esperanza de vida al nacer y, en consecuencia, con un número importante de personas mayores de 65 años. Es la característica de estos tiempos: el envejecimiento poblacional.

Esta es una característica que supone todo un éxito de las políticas públicas de bienestar desarrollada en los últimos 40 años, donde destacan las políticas sanitarias. De este modo, buena parte de las razones por las que hemos mejorado nuestra esperanza de vida al nacer radican en las acciones del sistema sanitario aunque, también, la mayor calidad de vida, la seguridad vial, la seguridad en el trabajo y otras muchas circunstancias explican la situación actual.

Con esta situación de envejecimiento poblacional que va indudablemente unida a la cronicidad por la mejor capacidad de tratamiento de muchas patologías, hay una necesidad creciente de responder a las situaciones de dependencia que necesitan servicios de fisioterapia y rehabilitación. Los recursos disponibles en este ámbito asistencial son claramente insuficientes.

Y es que, teniendo en cuenta que los próximos años habrá un enorme incremento de personas en esta franja de edad superior a los 65 años, podemos llegar a vaticinar que las necesidades de servicios de fisioterapia y rehabilitación se verán enormemente incrementadas.

De no organizar una respuesta estratégica ante esta situación nos podemos enfrentar a un enorme handicap que perjudique la calidad de vida a la que hay que aspirar en las políticas públicas dirigidas a la población más envejecida.

Ganar este desafío requiere pensar en clave estratégica y multifactorial; para ello es importante dimensionar las necesidades de recursos humanos y hacer posible que en los próximos 10 años la formación de profesionales de la fisioterapia y rehabilitación incorpore una oferta suficientemente ajustada a las necesidades. Probablemente habrá que incrementar la oferta universitaria y la capacidad formativa desde el propio sistema sanitario.

Pero, también, hay que planificar con visión estratégica la oferta de servicios tanto en lo que se refiere a la dotación y dimensionamiento de unidades de fisioterapia y rehabilitación en los servicios de salud (en especial en el ámbito de la atención primaria, aunque sin olvidar el nivel hospitalario), pero también en lo que se refiere a la oferta en domicilio (sea domicilio familiar o residencial) para las personas en situación de dependencia.

En el ámbito institucional de ámbito municipal, se deben incrementar los esfuerzos para poder lograr dotar a las ciudades de circuitos saludables con equipamientos que ayudan a una actividad física sana; aunque se ha hecho mucho, hay que hacer más para que la opción fácil en la ciudad sea la opción saludable.

En definitiva, se hace imprescindible desarrollar una adecuada estrategia andaluza para la fisioterapia y rehabilitación universal con mirada de corto, medio y largo plazo. Hay que anticiparse al futuro y, también, responder a las necesidades de presente que no están cubiertas satisfactoriamente.