El Alambique

Juan Clavero

jclaverosalvador@gmail.com

Elogio a la incompetencia

Los políticos se presentan a las elecciones asegurando que son los más idóneos para gestionar los asuntos públicos, y por eso les pagamos, y muy bien. Pero demostrando una increíble incompetencia, la mayoría de los munícipes, nada más acceder al poder lo que hacen es contratar a empresas privadas la gestión de esos servicios públicos para los que se postulaban como excelentes gestores; y todo pagado con nuestro dinero.

Además de incompetentes, piensan que somos tontos, y defienden que la empresa privada gestiona mejor que la administración pública. Entonces, ¿por qué no se presentan para dirigir alguna de esas empresas privadas? Para colmo, muestran una total desidia en el cumplimiento de esos contratos para gestionar competencias propias de los ayuntamientos.

Se presentan a las elecciones, pero demuestran su incapacidad para organizar un servicio de limpieza pública, el mantenimiento de jardines, el abastecimiento y depuración de aguas, la recogida y reciclaje de residuos… Su lema es: yo cobro de los ciudadanos, pero contrato a una empresa con el dinero de esos ciudadanos para que hagan lo que yo soy incapaz de hacer.

En El Puerto,  casi todas las competencias y la mayor parte del presupuesto municipal están privatizados, y sin control.

La Junta cede parte de las Dunas de San Antón al ayuntamiento para que monte un camping, y lo termina cediendo a una empresa privada que ha incumplido las contraprestaciones sociales y ambientales, y no pasa nada. La Junta financia la construcción de una piscina en ese camping a condición de que fuera de uso público, y también se privatiza.

Se contrata a una empresa para la limpieza pública; el contrato obliga a utilizar agua de una depuradora que tiene que instalar la parte contratada para depurar el agua de otra depuradora que también pagamos, pero termina usando el agua de un pozo de la Plaza de Toros, que también es pública.

Se contrata a una empresa para que depure las aguas residuales; el Ayuntamiento pone al inspector más ignorante; la empresa contrata a un familiar del inspector en otra contrata pública, y el inspector municipal certifica, sin comprobarlo, que depura estupendamente. Inspección a la carta.

Busquen las diferencias cuando ha gobernado IP, PP, PSOE o IU.

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