Balas de plata
Montiel de Arnáiz
Anatomía de una infamia
Llega septiembre y, junto al grueso del turisteo y segundosresidentes, se marchan los pinchadiscos orilleros y sombrilleros. Toda esa gente amateur que da calor con el reguetón del momento y otras canciones que mañana nadie recordará.
Los habrás sufrido a pocos metros de tu toalla plegable. Aunque repiten una y otra vez las melodías, las oyen como quien oye las olas, el rumor del mar y los helicópteros norteamericanos. Ni siquiera bailan. Sacan su altavoz bluetooth inalámbrico energy top system dub, le dan al play, te achicharran el cerebro, miran su teléfono, esperan a que se le gaste la batería y hasta luego. Dos horas de matraca. Ni un éxito de los 90. Ni un pasodoble campeón. Ni unas bulerías de toda la vida. Es que no respetan.
Quieren que la gente les mire y piensen, qué cosa más moderna, tú. Y yo qué culpa tengo de que les guste llamar la atención. No es para tanto, hay reguetón que se puede escuchar. Yo, si tuviera un cacharrito de esos, pondría un disco de Slayer y a tomar por saco toda la playa. Pues yo pondría algo de música barroca, por culturizar a la masa. Ya estamos con la superioridad cultural. A ver, que si entras en la tienda esa de ropas chulas, te tienes que tragar su música, y en cualquier lado de la feria, igual. No me compares, que en esos sitios, quien pone la música manda y hasta gana dinerito. ¿Y tú no te acuerdas de la época de los loros? Ese enorme radiocassette al hombro, jo, qué cosa más basta. ¿Qué ponía esa gente? Ni idea, yo era muy chico en los ochenta. Pero aquello era cosa de grifotas en chándal, no me suena a mí que lo llevaran a la playa. Cuando se acabó esa moda, la playa ha sido un remanso de paz durante dos décadas, hasta hace pocos años, cuando llegaron los altavocitos sin cables que suenan que te cagas de bien. Pero, ¿no pueden ponerlo más bajito? ¿No se pueden poner unos cascos? Seguro que son los mismos que luego roban los bustos de la calle con un soplete. Va va, ¿podéis parar ya, que os van a salir arrugas de tanto rajar?
También te puede interesar
Balas de plata
Montiel de Arnáiz
Anatomía de una infamia
Náufrago en la isla
Manuel Muñoz Fossati
Todavía Navidad
Todavía Navidad
El Alambique
Manolo Morillo
El trompeta