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Análisis

Manolo Fossati

Amor y vergüenza

Hacemos hincapié en una anécdota creada para nuestra alma educada por cuentos de color de rosa y, aprovechando una fecha creada con fines comerciales, queremos fijarnos una vez al año en esos dos supuestos enamorados fundidos en un abrazo mortal

La promoción de las visitas a la llamada tumba de 'Los Enamorados' de San Fernando con motivo del día de San Valentín es, sin que seamos conscientes de ello, la exhibición de una vergüenza. Le echamos falsa poesía al asunto y hablamos de 'abrazo eterno' para referirnos a la postura en la que fueron encontrados los dos cuerpos enterrados hace más de 6.000 años, y hallados durante unas obras para hacer un campo de hockey sobre hierba en la zona de Camposoto. No sé si nos acordamos.

Esa necrópolis neolítica hallada en 2008 fue considerada casi desde el inicio de las excavaciones como un gran hallazgo arqueológico. Posteriores estudios han confirmado su importancia: es una de las muestras más antiguas de tumbas protomegalíticas (es decir, construidas con grandes piedras) en toda la Península, se ha constatado la demostración más primitiva de violencia entre humanos, los ajuares encontrados dejan ver que ya hace tanto tiempo se producía comercio desde aquí mismo con lugares tan alejados como Sicilia… detalles todos que retrotraen la historia de la Isla como lugar de asentamiento humano hasta las fechas más lejanas.

Pero hace ya unos cuantos años, la ciudad decidió que no importaba sepultar, y como consecuencia casi olvidar, todo eso. Naturalmente, tirarlo todo a la basura habría sido demasiado, así que se decidió trasladar algunas muestras al Museo Municipal y utilizar el terreno del importante descubrimiento como un campo de hockey sobre Historia, en cuyo césped corren los deportistas, golpean una bola y se hacen faltas, ignorantes de que lo hacen sobre los restos de nuestros antepasados cubiertos de un pasto de olvido.

Ahora, hacemos hincapié en una anécdota creada para nuestra alma educada por cuentos de color de rosa y, aprovechando una fecha creada con fines comerciales, queremos fijarnos una vez al año en esos dos supuestos enamorados fundidos en un abrazo mortal. Así vamos construyendo esta comunidad. Enterramos la emoción del conocimiento sobre nosotros mismos como especie, e imitamos al imbécil que miraba el dedo y despreciaba la Luna.

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