Historia

La semilla gaditana del Banco Hispano Americano

  • El Archivo Histórico Provincial dedica su documento destacado al expediente académico de Antonio Basagoiti, fundador de la entidad bancaria que estudió en Cádiz desde los 12 años

Retrato de Antonio Basagoiti Arteta realizado por el pintor valenciano Manuel Benedito.

Retrato de Antonio Basagoiti Arteta realizado por el pintor valenciano Manuel Benedito. / AHPC

‘Antonio Basagoiti, fundador del Banco Hispano Americano. Su expediente en la Escuela de Comercio e Industria de Cádiz’ es el título del primer documento destacado del nuevo año en el Archivo Histórico Provincial. En esta ocasión, el documento que firma Santiago Saborido, director del Archivo, trata sobre el estudio y contextualización del expediente del alumno Antonio Basagoiti y Arteta, que en su paso por Cádiz como adolescente estudió en la Escuela Industrial y del Comercio de Cádiz y, posteriormente, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Cádiz, actual Columela. También se analiza en el documento la historia institucional de la Escuela Industrial, de Comercio y Náutica de Cádiz, cuyo fondo se custodia en el Archivo Provincial.

Antonio Basagoiti, que llegó a la capital gaditana en 1861 con 12 años, pasó a México después de sus años de estudiante en Cádiz logrando una fortuna que supo invertir en el mundo de las finanzas y de la banca y que le llevó a la fundación del Banco Hispano Americano, una entidad que presidió durante tres décadas.

El expediente se inicia, según se detalla en el documento destacado, con un traslado de su partida de bautismo certificada por el cura de la parroquia de San Nicolás de Bari de la localidad de Algorta en 1861, en la que se dice que nació a la una de la madrugada del 22 de octubre de 1849, hijo legítimo de Juan Antonio de Basagoiti y de Manuela Ramona de Arteta, naturales y vecinos de Algorta.

Después se aporta el acta de su examen de ingreso en la Escuela de Industria y Comercio y profesional de náutica de Cádiz, el 5 de septiembre de 1861, en el que tuvo que superar “una prueba oral de gramática y de doctrina cristiana, así como un ejercicio de escritura tras escuchar un dictado, y por último un ejercicio de quebrado”. También se acompaña el boleto de pago de derechos de matrícula: 20 reales.

A continuación, aparece la hoja de matrícula en la Escuela de Industria de las asignaturas de aritmética y álgebra con una calificación de bueno, y de idioma francés con una calificación de “notablemente aprovechado”. En estos documentos se indica que vivía en la calle Argantonio, 3 y que su fiador era Domingo Domínguez.

Al año siguiente, curso 1862-1863, se matricula de aritmética mercantil y teneduría de libros; geografía y estadística comercial, y por último de inglés, con correspondientes calificaciones de “bueno” en la primera y sobresaliente en las dos últimas. “Tan buenas notas tiene que también se presenta a los premios extraordinarios a estas dos asignaturas, con nota de sobresaliente, cuestión esta que no logra ganar finalmente”, explica el documento.

Edificio del Hispano Americano en Duque de Tetuán, 29 (hoy calle Ancha). Edificio del Hispano Americano en Duque de Tetuán, 29 (hoy calle Ancha).

Edificio del Hispano Americano en Duque de Tetuán, 29 (hoy calle Ancha). / AHPC

En el curso 1863-1864, ya en lo que era el Instituto de Segunda Enseñanza, el actual Columela, donde se integran los estudios de peritaje mercantil, cursó las asignaturas de economía política, prácticas de contabilidad e inglés, con calificaciones de sobresaliente en las dos primeras, y “mediano” en idioma. Se comprueba así que ya destacaba en las materias que luego le servirían para su profesión como empresario y banquero.

Con estas asignaturas obligatorias cursadas, presenta una instancia el 23 de septiembre de 1864 para poder presentarse a los exámenes de peritaje mercantil, lo que se le concede: “Así vemos como concluye su expediente con una voluminosa carpetilla donde se agrupan todos los exámenes y documentos de trámite que le conducen a obtener el título de perito mercantil”.

En diciembre de 1864 solicita a la Universidad Literaria de Sevilla la emisión del título, que le es remitido a Cádiz el 7 de mayo de 1865. El título fue retirado por su fiador, Domingo Domínguez, el 28 de septiembre de 1865 especificando: “Para su resguardo y por hallarse en la actualidad en Méjico el interesado…”.

Efectivamente. Antonio Basagoiti partió desde Cádiz hacia México con 16 años, en 1865, y regresó en 1900 como “una persona conocedora del mundo empresarial y financiero, tanto de México como de Europa, que conocía tanto por sus relaciones con bancos mexicanos como el viejo continente”.

Una serie de viajes a Europa y sus buenas relaciones con la banca española fue lo que le llevó a empezar su aventura de crear una institución bancaria propia en España. De ahí surgió la fundación, en el año 1900, del Banco Hispano Americano en Madrid, una entidad que presidió hasta 1933, año de su fallecimiento. Como remata el documento destacado, “los capitales necesarios para crear el que fuera el mayor banco privado de España procedían de los negocios en México y Cuba de él y sus socios, sobre todo después del desastre de las perdidas de las últimas posesiones españolas de Ultramar en 1898”.

El interesante documento del Archivo gaditano termina con un repaso a la historia de la importante Escuela Industrial de Comercio y Náutica de Cádiz.

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