Con sabor

Pedro Payán Sotomayor

Con sabor
Con sabor

23 de abril 2009 - 01:00

La hipérbole. Se dice que los andaluces somos especialmente exagerados. La hipérbole en la denominación está muy presente en las hablas andaluzas. Al andaluz, en general, y al gaditano, en particular, su imaginación le ha hecho ver siempre un mundo real, pero engrandecido, superando el presente y recreándose continuamente. Es cierto que la hipérbole no es exclusiva de nuestra región, pero sí, quizá, se den condiciones más propicias para que se produzca aquí dicho fenómeno: las invasiones que han penetrado por el Sur, la fantasía heredada del mundo árabe, el exotismo de los distintos pueblos que han culturizado a Andalucía, el clima, el paisaje, la luz... De todas estas razones ha podido surgir una generosa fantasía. En la hipérbole andaluza hay un rasgo significativo oculto que pertenece a la circunstancia y es el que le da carácter de originalidad con respecto a creaciones hiperbólicas de otras latitudes: la oportunidad. Cuando un andaluz responde o define por medio de una hipérbole, sorprende no sólo por la gracia de la ponderación desmesurada, sino por la oportunidad con que ha sido dicha. He aquí, sin duda, una especial capacidad creativa del hablante andaluza, que surge espontánea cuando menos se espera. Pongamos unos cuantos ejemplos de hipérboles metafóricas o metáforas hiperbólicas, si prefieren, tomadas de textos literarios y otras directamente de los hablantes: "Tirándose cada latigazo de vino que les cruje el pelo" (Muñoz y Pabón). "No abría la boca más que por trimestres vencíos" (Arturo Reyes), "Pides más que el día del domun(d)" (escuchada por mí en labios de una madre dirigiéndose a su hijo de pocos años), "Come más que una lima" (escuchada a jóvenes, sobre todo), y "Dura menos que una saliva en una plancha enchufá...".

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