teatro

Los 80 y la nostalgia invaden El Puerto

  • Mucho público joven acudió a la penúltima de las representaciones del Festival de Teatro de Comedias

  • La química entre Jon Plazaola y Noemí Ruiz quedó más que demostrada

Jon Plazaola y Noemí Ruiz, durante la representación de 'Mandíbula afilada' en el patio de San Luis Gonzaga, en El Puerto.

Jon Plazaola y Noemí Ruiz, durante la representación de 'Mandíbula afilada' en el patio de San Luis Gonzaga, en El Puerto. / andrés mora

Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y, al parecer, la década de los ochenta y la nostalgia continúan vendiendo y siguen siendo rentables. Al menos, eso es lo que se pudo deducir el sábado pasado tras observar el casi lleno completo de Mandíbula afilada, la penúltima de las obras anunciadas en el cartel del Festival de Teatro de Comedias de El Puerto.

¿A qué se debió el éxito? ¿El patio de butacas se llenó porque los actores eran tremendamente conocidos gracias a su aparición en la televisión? ¿ O el argumento de la obra tenía peso por sí solo? La gran afluencia de público joven parece corroborar la primera de las hipótesis. Al parecer, según comentaban los organizadores tras la función, esto no era lo habitual en un festival donde la media de edad ronda los 50 años. ¡Bienvenidas sean las nuevas generaciones! Esto unido a una lectura previa de la sinopsis de la obra, donde auguraban un viaje al pasado a través de los recuerdos de la década de los ochenta, ya invitaba al espectador desde casa a sentarse en la butaca.

El público se sintió identificado y sobre el escenario se revivieron vidas e historias

Después de 20 años, y tras haber tenido una historia de amor, Juan vuelve a quedar con Laura para hablar sobre un tema. Este es el nudo principal de una obra de 80 minutos donde el espectador se pierde, se vuelve a reencontrar, analiza, reflexiona y revive recuerdos de juventud, aunque los primeros minutos iniciales de la obra desconciertan al espectador, ya que la ironía está presente desde el minuto uno. La historia engancha, y eso quedó más que probado durante una función donde los actores realizaron distintos guiños a la tierra (eso también ayudó a que se crease la magia, todo hay que decirlo). No obstante, lo verdaderamente increíble y especial de esta obra reside -en presente ya que, a pesar de ser escrita en 1997 por Carles Alberola sigue estando totalmente vigente- en que el público puede llegar a sentirse reflejado, de tal manera que parezca que sobre el escenario se reviven algunos de los capítulos de su vida y de su historia. ¿Quién no ha imaginado y recreado en su cabeza las conversaciones que tendrán lugar durante una cita tan importante? ¿Quién no ha fantaseado con reencontrarse alguna vez de nuevo con su amor de juventud? ¿Quién no siente que ha crecido demasiado pronto o que el tiempo corre en su contra? La comedia gira en torno a esta cuestiones. Y lo hace con tanta gracia que consigue meterse al público en el bolsillo.

En cuanto a los actores, la química entre ellos era más que evidente. Jon Plazaola, al que estamos acostumbrados a ver trabajar en un registro cómico, no defraudó. No obstante, la sorpresa vino por parte de Noemí Ruiz. Ni rastro sobre las tablas de la falta de escrúpulos y seriedad de Trini, la directora de hospital que la actriz interpreta en Allí Abajo. Noemí Ruiz mostró un lado divertido, dulce e irónico al que no estamos acostumbrados. Magnífica interpretación.

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