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flamenco | estreno

El momento de Juan José Villar

  • Nieto de Juan Villar, hijo de Juan Villar Jr, el bailaor Juan José Villar presenta su primer espectáculo en solitario hoy en la Central Lechera

Quizás ni el mismo es consciente, pero Juan José Villar remata muchas de sus reflexiones marcando con su bota el suelo. Comienza la frase con un rodeo y cuando llega al mensaje que quiere transmitir, pá, da el zapatazo imprimiendo ritmo a su conversación. No, no es hablar bailando; más bien es como bailar con los enunciados, cambiando acento por ritmo. Y es que su cuerpo ya le estaba avisando... Es el momento. El momento de descubrirse y "salir, y volar" y "hacer las cosas que se me están ocurriendo", dice. Porque con sus apenas 19 años, el nieto del cantaor Juan Villar, el hijo del cantaor Juan Villar Junior y de la bailaora Susana Gómez, ha estudiado "mucho" -"bueno, aunque de aprender nunca se termina", corrige rápidamente- y tiene "la necesidad" de mostrar al público cómo ha pasado por su propio tapiz cada enseñanza recibida de sus profesores en los Conservatorios de Córdoba y Cádiz, en los concursos y en sus primeros viajes. "Sí, estoy seguro, es el momento".

Y Es el momento, ese montaje que lleva dando vueltas en su cabeza desde este verano, se verá esta noche, a partir de las nueve, en la Sala Central Lechera. "Al principio pensé en ponerle Es mi momento pero no sería muy de verdad porque pienso que es mi momento pero con mi gente y con todo lo que he aprendido de ellos también, de alguna manera, tenía que estar eso ahí", confiesa.

Y ahí está uno de los más jóvenes eslabones de la legendaria saga gaditana de Los Jineto poniendo en pie un espectáculo donde no faltarán al cante ni su padre ni su prima Pili Villar (además de May Fernández y Juan de Chele), ni su madre al baile como artista invitada, ni su primo David Gavira a la percusión. "Y mi abuelo, claro. Tengo la suerte y el gusto de que mi abuelo me va a cantar por soleá, pero no una soleá para bailar, sino una de alante, una soleá que no se remata por bulerías ni nada, sino que se terminará como se termina la soleá cuando la hace el cantaor. Porque, ¿sabes que me pasa? Que cuando mi abuelo canta a mí me dan ganas de bailar siempre, no sé... Es que a mí me ha enseñado cosas no diciéndome sino cantándome. Es una cosa muy rara... Es que me canta y yo sé, yo sé por donde ir y lo que tengo que hacer... Y quiero que ese momento, eso que siento, se vea también en el espectáculo", explica el joven bailaor que también tiene palabras de admiración para Román Vicenti, guitarrista que le lleva la dirección musical y ha creado "la música de un zapateado que es una cosa maravillosa", para la otra sonanta de la noche, El Pelu (sobrino de Camarón), para sus palmeros, Diego Montoya y Jorge Bautista, y para el violinista Emilio Martín.

Naomi Patiño y María Pardo, también son su gente. Las bailaoras gaditanas ("todo el elenco es de Cádiz, y por ahí también me siento muy orgulloso", apostilla) han sido compañeras de Villar en el Conservatorio de Danza de Cádiz donde ha estudiado estos últimos años la carrera que terminará "este año en el Conservatorio de Sevilla". "Naomi y María son dos grandes bailaoras y dos buenas amigas también. Ellas abren Es el momento con una cosa que creo que va a gustar mucho y donde demuestran la técnica tan buena que tienen con el mantón", adelanta.

Adelanta el inicio y casi el desarrollo del espectáculo entero porque el joven bailaor no se guarda nada. "Chiquillo deja alguna cosa de sorpresa", le decía su madre minutos antes de comenzar la entrevista en el Centro Flamenco de la Merced donde ha estado preparando el espectáculo. "Verás, al final, te lo contará todo". No se equivocaba Susana, Juan José relata cada parte de Es el momento con los ojos encendidos, abriendo los brazos, colocando de forma imaginaria aquí y allá su cuerpo en una supuesta escena... Sin poder ocultar el deseo y las ganas de que el público lo pueda ver ya.

"Yo quería que estuviera lo antiguo, la esencia, para mí eso es importante por eso voy a bailar por alegrías de Cádiz, pero por alegrías de verdad, con su escobilla, sus silencios... Todos sus elementos y, después, por ejemplo, en el zapateado hago ahí una locura y con la música tan bonita que me ha creado Román entraré por bulerías, luego me saldré por tangos... Bueno, ya verás, ya verás qué locura más chula...", nos intriga.

Villar lo tiene todo "muy bien pensado" y es que el espectáculo fue madurando en su cabeza "durante el mes que este junio pasé en Japón dando cursos". Era el quinto viaje del bailaor a la tierra del sol naciente pero "era la primera vez que iba solo". "Han sido muchas noches allí solo y eso te da para pensar y yo pienso en la música y en el baile la mayoría de las veces", ríe. "Si tienes hambre, baila, si tienes sueño, baila, si tienes miedo baila...", le ha repetido su padre siempre. Pero miedo ninguno, Juan José se ha sentido "muy a gusto" en este primer viaje sin compañía y hasta reconoce que no se le da mal el japonés, "mejor que el inglés, seguro (vuelve a reír) no, pero de verdad que me veo ya con muchas palabras, en el avión pude tener hasta una conversación con una mujer, las palabras que no sabía en japonés las dije en inglés pero me entendí", se enorgullece.

No le va mal con el japonés pero el idioma de cuna de Juan José es la música -sigue enganchado de la guitarra con la que también pasa horas creando falsetas-. Su idioma es la música sí, y el dialecto que practica, y el que lleva a fuego en la piel, es la danza flamenca: "Te dije hace unos años que me gustaría bailar hasta que me muriera; pues ahora quiero cambiar una cosa, y es que creo que después de muerto seguiré bailando".

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