El lector, el buen lector, sabe que cuando acaba un libro llega siempre otro. Algo parecido, pero a otra escala, ha sucedido en la avenida Cayetano del Toro de Cádiz, en el amplio local en el que, hasta hace unas semanas, se encontraba Las Libreras. El negocio que sustituye a esta librería es, afortunadamente, otra librería. Se trata de María Zambrano, el proyecto que el matrimonio Sonia Quintero y Matteo Rimoldi iniciaron hace unos años en Conil, que prosiguió en Valdelagrana y que ahora aterriza en Cádiz demostrando, igual que los buenos lectores, que han elegido la mejor manera de pasar página.

Sonia Quintero sabe lo que se trae entre manos. Aunque ingeniera técnica en topografía de formación y de profesión, hasta que en 2008 la crisis provocó su despido en la empresa de construcción para la que trabajaba, Sonia confiesa que se ha criado “entre libros”: su abuelo Rafael era el propietario de la distribuidora Quadix Libros, con sede en la calle Botica, un negocio que continuó su padre, también Rafael de nombre, y que fue mudando de local pasando por Enrique de las Marinas, Zarza y el polígono del Río San Pedro.

Por eso, cuando en 2008 la crisis la dejó en el paro, su padre le ofreció trabajar en la distribuidora, un negocio familiar que no le era ajeno y que, en definitiva, fue conformando su nuevo futuro.

Un futuro que pasó en primer lugar por Conil. Una librería cerró y Sonia y su marido Matteo dieron el paso de quedarse con ella manteniendo el nombre del negocio, dedicado a la figura de la escritora malagueña María Zambrano. Cuatro años más tarde, en 2019, abrieron la segunda librería, con el mismo nombre pero esta vez en la urbanización portuense de Valdelagrana; y, en esta ocasión, partiendo de cero con un local nuevo.

Finalmente, y en plena pandemia, asumen el riesgo de abrir la tercera aprovechando el local que ha dejado libre Las Libreras en la capital, que se convierte así en la más grande de las tres y, además, en “una buena oportunidad para crecer en este mundo del libro”.

Quintero tiene claro que su proyecto apuesta por “el público de proximidad”, el cliente que da valor a la palabra y al consejo del librero, que “se fía de nuestro criterio a la hora de comprar un libro”.El proyecto, además, pasa por cuidar también al público infantil, a los primeros lectores, lo que llevará a la librería María Zambrano a mantener en su amplia planta baja la exposición de los libros infantiles y juveniles que ya caracterizó a Las Libreras.

Con página web recién estrenada, la intención de Sonia Quintero pasa por aprovechar también el espacio para organizar talleres literarios, cuentacuentos y presentaciones de libros, aunque la programación tendrá que esperar a que el coronavirus se debilite y los encuentros sociales recuperen la verdadera normalidad.