Cultura

La fauna pictórica de una artista

  • La creadora Magdalena Murciano lleva sus 'Bichos' a 'Diario de Jerez' mientras que en Córdoba se expone el patrimonio de varias instituciones

MAGDALENA MURCIANO. Sala Arteadiario. JEREZ.

Jerez, como otras muchas ciudades, es una localidad que presume de poseer una gran nómina de artistas plásticos; así es, existen muchos que pintan, que dibujan, muchos que fotografían -ahora casi todos-, algunos dicen dedicarse a la escultura; incluso, otros van de más modernos y plantean su dedicación al arte de las nuevas tecnologías; sin embargo, como ocurre tantas veces, tras la mucha cohetería, tras aquello de perro mordedor..., tras tanto usar la sacrosanta palabra artista, existe una auténtica parcela con muchísimos huecos, manifiestamente vacía de arte de verdad; son muchos, por tanto, los que se llaman artistas y muy pocos los que han encontrado definitivo y acertado acomodo en las estancias seguras de la creación plástica. Esto, como manifiesto, no sólo es patrimonio de la ciudad jerezana, ocurre en muchos otros sitios; no obstante, en esta población parace que se hace más evidente, quizás, por el descaro de los que se creen lo que no son. Muy escaso número de verdaderos creadores ocupan la escena de un Arte que exige mucho -infinitamente- más que llamarse artista. Magdalena Murciano es de las artistas importantes de Jerez, su nombre ha mantenido, a lo largo de los años, muy alto el pabellón creativo de la mejor pintura que, en la ciudad, tenía lugar. Su respeto es máximo y absoluto entre la profesión por estar en posesión de un ideario artístico en el que la pintura alcanza máximas cotas de rigurosidad y trascendencia.

Magdalena Murciano es una autora que ha sabido caminar con decisión por los distintos estamentos de la pintura que ella eligió, también, con determinación y absoluta clarividencia y convicción. La hemos visto en muchas y en muy buenas facetas de una pintura que, en ella, empezó desde una figuración valiente donde la grafía dibujaba una representación elegantemente distribuida o la ilustración se veía marcada por un expresionismo matérico lleno de intensidad plástica. Esta pintura, más o menos, dentro de lo concreto, fue poco a poco diluyéndose en una sutil y esencial abstracción de muy amplio espectro que generó acertados registros con la línea formando retículas y entremados que conjugaban a la perfección lo racional geometrizante y el desarrollo plástico de la forma, patrocinando episodios imprevistos de mucha fortaleza pictórica.

En los últimos tiempos, Magdalena Murciano, que nunca dejó de pintar, sí se apartó de los circuitos expositivos en donde, anteriormente, tanto y tan acertadamente paticipaba. Después de unos años sólo compareciendo mínimamente en puntuales muestras colectivas, vuelve con una muestra que presenta una gran singularidad, al ser la primera en la que la autora parece decantarse por una cierta figuración después de mucho tiempo con la no representación de lo concreto marcando las rutas de su determinante pintura.

La exposición, que la autora titula Bichos, nos sitúa ante el poderosos universo artístico de una Magdalena Murciano que plantea un entramado compositivo envolvente, una retícula laberíntica que atrapa o, simplemente, acoge en su interior a un particular mundo animal que, salvo en una obra donde dos contundentes bichitos protagonizan abiertamente la escena, se repiten hasta la saciedad en un espacio donde el horror vacui llena de carácter creativo unos soportes llenos totalmente de apasionada y apasionante pintura que cubre y hasta distorsiona esa realidad animalística que parece conducirnos por un particular sueño kafkiano después de que la realidad se haya metamorfoseado en un inquietante escenario inundado de insectos.

El interés faunístico de la Murciano se rompe en la exposición de Diario de Jerez en dos poderosos papeles en los que una especie de gran tapiz gris, llevado a cabo con esa minuciosidad compositiva que la artista nos oferta, nos conduce por una obra donde la plasticidad poderosa de la autora se nos presenta en toda su intensidad; en otro nos encontramos con un la realidad aplastante de un pedregal que ocupa insistentemente todo el soporte en un juego de inquietante realidad pictórica.

Estamos, en definitiva, ante la vuelta a los circuitos expositivos de una pintora muy importante, cuya realidad artística completa por sí sola una gran página de Arte Contemporáneo. Con ella, la verdadera creación se nos hace presente y denuncia la significación de una artista que siempre es esperada por sus convincentes propuestas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios