"Cuando se estrenó la obra no hubo polémicas, y hablo de hace 40 años"
María Elías. Actriz
La protagonista de 'El diluvio que viene', representada en 1977 en Madrid, verá en San Roque la readaptación.
Son 37 los años que han pasado ya desde que la actriz María Elías estrenase en Madrid la comedia musical El diluvio que viene. Mañana, invitada por el director teatral Juan Carlos Galiana, vivirá nuevamente las sensaciones de la obra, aunque desde las butacas, con el estreno a las 19:00 horas de Diluvium en el teatro Juan Luis Galiardo, escenario denominado además como el ilustre sanroqueño -fallecido en 2012- con el cual la actriz estuvo casada.
-Verá Diluvium, casi 40 años después, ¿la obra no tiene fecha de caducidad?
-Fíjate lo que ha llovido, eso sí que es un diluvión, la cantidad de años y que con el paso del tiempo se ha vuelto a montar. Para mí es un placer enorme poder verla y esta vez desde el patio de butacas. Galiana -director de la comedia musical de Escenopán- me ha invitado. El sabía de mí por El diluvio que viene, pero cuando decidió hacer la comedia, le enseñaron el legado y me vio fotografiada con Juan Luis y le llamó mucho la atención. Fue todo muy casual.
-Y será la invitada de honor...
-Estaré el día del estreno, y además vendrá mi hijo Xavi expresamente de Barcelona. La obra para mí representó una oportunidad porque fue debutar como protagonista. Tuve el camino más fácil para seguir en la profesión. Mi hijo tiene veintitantos años y con más motivo tengo ganas de que la vea, ya que no pudo verla ahora tiene la ocasión y le hace ilusión.
-Cáritas ha rechazado los beneficios de la obra tras verla, coincidiendo que en esta readaptación un chico se enamora de un cura, ¿fue polémico su argumento hace 40 años?
-Es lo que más me ha llamado la atención, que ahora haya una polémica con esta parte de la comedia musical, cuando el trasfondo es mucho más importante. Cuando la estrenamos no hubo polémicas, y hablo de hace 40 años. La original que se estrenó en Roma, donde está el Vaticano -apuntó-, no se censuró y en aquella época no era un chico, pero no dejaba de ser una chica que también se enamoraba de un cura. Comparándolo con aquella época parece que vamos para atrás en lugar de evolucionar. Entonces no pasó nada y no se censuró siendo también para ellos pecaminoso, y ahora después de 40 años están poniendo pegas porque es un chico el que se enamora de un cura, y al fin y al cabo el mensaje no es esa parte, es algo más profundo.
-Vuelve a San Roque...
-Me apetece mucho, me recuerda a Juan Luis -Galiardo-, veníamos siempre que tenía varios días de fiesta. Se escapaba para estar con su familia y amigos. Le gustaba pasear por el pueblo y la Alameda. El poder regresar de vez en cuando me hace ilusión. Cada vez que paseo por la calle principal me encuentro a mano izquierda su casa -de Galiardo-, entonces la noto también un poquito mía. En mi dormitorio tengo una pintura del Peñón y la playa. Estoy en Madrid pero acompañada, tengo un trocito de San Roque donde duermo.
-¿Cuál es su mejor recuerdo sin Galiardo en la localidad?
-El legado sin lugar a dudas -en referencia a la apertura del museo en el teatro en su honor-. Fue uno de los días importantes y era mi deber cumplir con su deseo.
-Queda pendiente una ampliación del legado en su museo de San Roque, ¿para cuándo se prevé? y ¿qué queda por ofrecer al público?
-No hubo tiempo de hacerlo todo porque tiene muchísimo material Juan Luis y hay que hacer las cosas bien. Se hará en octubre la ampliación seguro. Quedan cosas muy simbólicas. Tenemos una butaca del teatro Lara de Madrid. Juan Carlos Rubio, autor y director de teatro, tenía una y me la cedió. Hemos querido juntar tres butacas representando a los tres géneros. La del Lara, el teatro; otra de cine; y la silla de la serie Turno de oficio, en la que se sentaba él como abogado. Las hemos guardado para ponerlas en otro rincón del teatro, que ya sabemos. Y en otro se pondrá un mural con las fotos más trascendentes de su trayectoria, tanto personal como cultural.
-Después de casi dos años de la pérdida del actor, ¿siente que sigue presente entre los compañeros de profesión?
-Le echan mucho de menos, eso me lo dicen en cuanto me ven. No hace mucho en un programa sobre los años 80 salió un trozo de Turno de oficio y hablaba Juan Echanove diciendo que Galiardo era más que un amigo de trabajo, siempre le llenaba mucho. Tampoco me extraña, todo lo que me digan de él no me extraña. Para mí era único, daba gusto oírle hablar, era una persona muy culta y me enriquecía mucho.
-Usted ha hecho teatro, cine y televisión, volver...¿le apetece?
-Me da pereza, pero por otro lado veo la gran dificultad que tienen todos los actores en estos momentos de crisis y tendría que empezar otra vez de cero, porque desgraciadamente en esta profesión tienes que estar siempre en el candelero. Cuando estás una temporada sin salir en teatro o cine se olvidan de ti. Para seguir en la brecha debería haber trabajado paralelamente con Juan Luis. Trabajé con él, luego nos enamoramos y fue un paso detrás de otro. He disfrutado, he trabajado en lo que quería y he cumplido mis objetivos. Tampoco he hecho nada para que me llamen para trabajar y a lo mejor si lo hiciera me llamarían, siempre me quedará la duda.
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