El columbario romano que el pasado mes de abril fue hallado en el solar del antiguo chalé de la Porteña, en Bahía Blanca, se pondrá en valor en el Parque de Kotinoussa, donde se exhiben otros restos arqueológicos en su mayoría funerarios procedentes de distintas excavaciones en la ciudad. 

El columbario, que se encuentra en un estado medio de conservación, mantiene la estructura, aunque está desprovisto de urnas funerarias y no se ha encontrado ajuar asociado. Actualmente se está preparando para su traslado, por lo que se está procediendo a proteger la pieza. 

En su momento trascendió que el columbario, del que se conserva el arranque de la cimentación, apareció en el extremo de un edificio de la misma época integrado por diferentes estancias localizadas durante estas obras en el solar del futuro edificio de viviendas. De forma paralela, durante la excavación que aún está en curso también se ha localizado una tumba de inhumación tardía, entre otras estructuras coetáneas de poco valor.

Estos hallazgos han tenido lugar cerca de los columbarios de la calle General Ricardos, que aguardan enterramientos de incineración e inhumación hallados durante la excavación que tuvo lugar en 1985. Una zona de Extramuros en la que históricamente han aparecido importantes sectores de la necrópolis romana de Cádiz.

Los trabajos arqueológicos previos para la construcción de esta edificación de 10 viviendas que dirigen Adrián Santos Allely y Jacobo Vázquez Paz comenzaron en diciembre de 2021 y actualmente continúa con la excavación, que ha sacado a la luz otras estructuras sin mucho valor.

De este modo, el traslado de la pieza que cuenta con el visto bueno de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, hará posible mantener el proyecto de viviendas tal cual, por lo que ya no será necesaria la pequeña modificación que se había previsto de la rampa de acceso al garaje del edificio. En concreto se trata de un bloque con 10 viviendas que afronta el grupo inmobiliario sevillano GS que incluye una piscina en su azotea y una zona ajardinada en lo que era el antiguo chalé La Porteña. La construcción exhibía un coqueto diseño, con un porche cerrado en su acceso principal especialmente llamativo, y un frondoso jardín que rodeaba toda la finca de 750 metros cuadrados. Perteneció a la familia Prada, cuyos miembros relacionados con la diplomacia exterior.

El parque de Kotinoussa, convertido paradójicamente en parque canino, ofrece un recorrido histórico por el arte funerario de las primeras civilizaciones que poblaron Cádiz. Se trata de un circuito con distintos enterramientos sobre la que fue una zona de antigua necrópolis fenicia, púnica y romana de la ciudad, aunque sigue ofreciendo un aspecto descuidado, careciendo incluso de cartelería.

En este espacio integrado en la Ruta Gadir se muestran algunas estructuras funerarias que aparecieron en las obras de construcción del aparcamiento de San José y de las viviendas de la calle Arcángel San Miguel, con el objetivo de recordar y divulgar la importancia histórica de la necrópolis gaditana. Posteriormente, en 2016, se sumaron tres nuevos enterramientos fenicio-púnicos, así como un monumento funerario del siglo I.d.C tipo mausoleo, formado por una cámara central donde se ubica una cista realizada con ladrillos en la que se depositó el cadáver incinerado, y dos pasillos laterales. El acceso se realizaba mediante escalones de bajada. Como pieza discordante aunque bien integrada de este circuito histórico, también luce en este parque la cisterna romana localizada en el yacimiento Gadir. Y ahora, se sumará el columbario romano, cuyo lugar definitivo en este recorrido aún no ha trascendido.