La 37 edición del Festival Internacional del Títere Ciudad de Cádiz, aquella que la pandemia obligó a suspender el año pasado por estas fechas, comienza a celebrarse hoy domingo, día 16. Una semana de teatro de títeres destinada a los más pequeños y sus familias, que también podrán ir recuperando sus ganas de espectáculo. La compañía madrileña Irú Teatro Negro será la encargada de abrir esta nueva edición del festival, en el que participa por segunda ocasión. Si la primera lo hizo hace unos años en el Teatro de la Tía Norica, con El soldadito de plomo, esta vez será en el Teatro Falla, a partir de las seis de la tarde, con su colorista y sorprendente versión de Alicia en el país de las maravillas.

Ricardo Cristóbal, director de la compañía, explica que el grupo parte en su dramaturgia de la archiconocida historia ideada por Lewis Carroll, pero pasada por el original tamiz con el que Irú plantea sus espectáculos: “Partimos del cuento original de Carroll. De ahí hemos elegido los capítulos que nosotros consideramos, tanto por los títeres como por el teatro negro, que más juego nos daban y que, además, conociese más el público. Mantenemos la historia de Alicia leyendo, el conejo que la persigue..., eso sigue igual y nos centramos en los capítulos que técnicamente más nos interesaban. Por el tema titiritero y por el teatro negro, porque todo lo que es el país de las maravillas a nosotros nos lo pone muy fácil, nos da mucho juego. Lo que hacemos es mezclar las dos técnicas, el títere manejado con la técnica japonesa del bunraku, en la que un muñeco se maneja entre varios titiriteros, y el teatro negro. Nosotros mezclamos actores de carne y hueso con títeres, esa mezcla, esa puesta en escena es lo que hace original esta versión de Alicia. Títeres, personas y la magia del teatro negro. Para el público es como si estuviese viendo una película, como Mary Poppins casi. Es una cosa muy mágica y muy espectacular”.

El resultado es un espectáculo tremendamente visual, muy sensorial, con música original, humor y algunos “momentos bucólicos” que hacen de la función, de una hora aproximadamente de duración, una propuesta apta para muchos tramos de edad, como explica el director del grupo: “Lo que a nosotros nos llama mucho la atención es la respuesta del público. Si los niños van a ver Alicia en títeres, ven un conejo que es un títere; si van a un musical, ven a un conejo que canta; aquí ven un títere que es un conejo que nadie lo mueve, porque a nosotros no se nos ve por la técnica del teatro negro. Así, hemos conseguido, aunque sin ningún tipo de intención, que enganche a más público del que esperábamos. Incluso niños muy pequeños, de 3 o 4 años, con los que nosotros no contábamos, que flipan con los colores. Los de en medio son los que más se meten en la historia; y los más mayores, incluso los adultos, son los que se pasan todo el espectáculo pensando cómo están haciendo eso, cuánta gente hay detrás. El rango de edad es muy amplio”.

Como a todos los espectáculos teatrales, como a toda la cultura en general, la pandemia y el confinamiento de 2020 frenó en seco la gira de Irú Teatro Negro con Alicia en el país de las maravillas. De hecho, el festival gaditano debió ser el año pasado el lugar en el que se representara por última vez este espectáculo que el grupo madrileño estrenó en 2018. Con todo trasladado, Cádiz será hoy, esta vez sí, el cierre de la gira de Alicia, con la última función de la temporada.

“Durante este año –explica Ricardo Cristóbal– hemos tenido menos trabajo, hemos aguantado como hemos podido, pero hay dos cosas que nos ha llamado mucho la atención: la primera ha sido la sensación de “lujo” que hemos sentido pudiendo salir de Madrid para actuar en otros lugares; Sentir el trabajo como una vía de escape. Pero lo que más nos tiene fascinados es cómo la gente recibe ahora las funciones. Siempre hemos tenido buena acogida, pero ahora el público es consciente de que tú haces un esfuerzo para hacer la función, y nosotros somos conscientes de que ellos hacen un esfuerzo para venir a ver teatro. De repente se crea una magia, se vive todo como muy intenso.

Y esta tarde, una vez se cierre el telón del Falla con la última puesta en escena de Alicia, Irú Teatro Negro se volcará definitivamente en su próximo proyecto, una ya avanzada versión del De la Tierra a la Luna de Julio Verne que la compañía tiene previsto estrenar en octubre en Madrid. Seguro que ese nuevo mágico viaje, esta vez con connotaciones siderales, les vuelve a traer en un tiempo a Cádiz.