Cultura

'Saurom. Leyenda de juglares' repasa veinte años de 'folk metal'

  • Montiel de Arnáiz firma la biografía del grupo isleño, que celebra dos décadas de existencia

Los componentes de Saurom junto a Enrique Montiel de Arnáiz (centro), en el Teatro de las Cortes.

Los componentes de Saurom junto a Enrique Montiel de Arnáiz (centro), en el Teatro de las Cortes. / d.c.

Saurom con "m" son la encarnación -difícil- de todos esos discursos -fáciles- que te dicen que tienes que seguir tu sueño, insistir, no dejarlo y que el universo te tiene en mente, y no es para darte una hostia bien fuerte. Unos chavales que empiezan a tocar en San Fernando, en el año 96, en un estilo de difícil definición que terminarían llamando "juglar metal". Citan a Tom Bombadil en sus canciones. Les birlan las faldas del colegio a hermanas y primas para actuar "vestidos de escoceses". Les llaman los payasos del rock a la cara. Y siguen. Veinte años después, no sólo siguen sino que se han convertido en un nombre referente para muchos.

El abogado y escritor Enrique Montiel de Arnáiz los conoce desde sus primeros tiempos: "José Luis Godoy y yo jugábamos en el mismo equipo de baloncesto y nos iba colocando las maquetas, nos avisaba de los conciertos... Me gustaba su estilo, cercano al metal". Desde entonces, también, conoce a los miembros más antiguos de la banda, Narci Lara y Antonio Ruiz. Con el tiempo, Montiel de Arnáiz llegará a actuar como abogado para el grupo, previsiblemente, "por unos problemas que tuvieron con su discográfica". El conflicto se saldó con un cambio de nombre -nadie, en efecto, los conocía por su extraño apellido: Lamderth-. El concierto que inauguró la gira del XX aniversario de la banda, el año pasado en el Teatro de las Cortes de San Fernando, marcó la propuesta de escribir una biografía del grupo. A la hora de dar forma a Saurom. Leyenda de juglares, Enrique Montiel de Arnáiz tenía claro que no quería limitarse a dar "un compendio de datos, sino transmitir la magia que ellos proporcionan en sus conciertos. Quería que el libro fuera un disco más, y de hecho, biografía y discos tienen el mismo portadista".

El libro -que se presentó este fin de semana en Madrid y en La Isla- parte de un esquema cronológico, en el que cada capítulo inicial corresponde a uno de los componentes actuales: "Lo que destacaría de ellos, después de haber hablado con todos y después de tanto tiempo -comenta Montiel de Arnáiz- es que siguen siendo igual que hace veinte años. Concienzudos, perfeccionistas, trabajadores. Dedican horas y horas a cada disco, que tardan uno o dos años en sacar, porque no viven de esto... Y luego, se entregan muchísimo a sus fans, los cuidan, hablan con ellos".

Para su biógrafo, el grupo realiza un "cambio de rumbo" en 2012, cuando "cambian del folk rock que los caracterizaba a un heavy más europeo. Sacan dos trabajos (11 romances de Al Andalus y Maryam) que son considerados obras maestras, pero que no enganchan con el público. Desde el punto de vista comercial no van bien. Se plantean por primera vez tirar la toalla y un día, van llegando todos con nuevas canciones". Esa apuesta relajada, sin nada que perder, se traduce en Vida. Un disco que, "realmente, les salvó la vida -prosigue Montiel de Arnáiz-. Es una apuesta positiva, en la que cambian la forma de escribir las letras. Sacan un primer single, Cambia el mundo, de pulso ecologista, y hacen una campaña con vídeos. Con ese primer corte, arrasan en Costa Rica".

A partir de ahí, se les abrirán las puertas en Iberoamérica -desde entonces, Saurom programa conciertos que suelen terminar con el papel vendido-.

"Se reinventan -indica su biógrafo-. Vuelven al corte folk del primer disco y llegan a un público mucho más amplio, que incluye (al contrario que en la primera época) a muchas mujeres. Su siguiente disco, Sueños, es un trabajo doble que ahonda en todo esto y los refrenda".

Una muestra de este éxito es la cifra de preventa de Saurom. Leyenda de juglares: 200 ejemplares antes de salir al mercado. "Se ha publicado como una edición de lujo, financiada por ellos -explica Montiel de Arnáiz-. Una editorial convencional lo vendería a 30 o 40 euros. Ellos lo venden a 20 y pueden amortizar derechos de autor, producción y demás. Tenían claro que querían hacer un producto barato para que el fan pudiera comprarlo".

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